“Puerto Rico: Pandemia y elecciones generales, un llamado a la reflexión y al diálogo”

Arzobispo de San Juan publica carta pastoral con el fin de analizar el impacto del Covid-19

El arzobispo de San Juan de Puerto Rico, Mons. Roberto Octavio González Nieves, OFM, publicó recientemente la carta pastoral titulada Puerto Rico: Pandemia y elecciones generales, un llamado a la reflexión y al diálogo.  El documento de alrededor de 28 páginas invita a la reflexión sobre la situación de COVID-19 en Puerto Rico y en el resto del mundo, sobre las  consecuencias derivadas de esta pandemia en el drama de la vida humana y, sobre todo, la de los más vulnerables: los pobres, los ancianos y miles de desempleados.
“En el aire percibimos desencanto sobre lo que está aconteciendo en el mundo y especialmente en Puerto Rico. Nos duele la muerte de tantos hermanos y hermanas nuestros a raíz de la pandemia del COVID-19. Esto nos genera desasosiego al no poder ver con claridad respuestas efectivas, no solo por la búsqueda de una vacuna ética, segura y accesible a todos, especialmente para los más pobres, quienes son los más golpeados por esta crisis; sino que del mismo modo, no vemos con claridad un esfuerzo unificado por superar las tantas injusticias y estructuras de pecado que se añaden a la pandemia, ni el esfuerzo por dialogar y concertar acuerdos solidarios entre las naciones, en especial, entre nosotros como pueblos latinoamericanos y caribeños.   Aún más grave, a esto se añade otra muerte que provoca tanta o más destrucción que el coronavirus y que se ha instalado en nuestra sociedad puertorriqueña durante décadas de un modo sigiloso algunas veces, y escandalosamente descarado en otras, es el virus de la corrupción y la injusticia social. La corrupción es una lacra social, política y económica que lo pudre y carcome todo; es una gran piedra que nos sume en lo profundo de la muerte porque nos impide poner en práctica aquí y ahora, el verdadero, libre, digno, solidario, subsidiario, justo e integral desarrollo del bien común de nuestra tierra y de cada uno de sus miembros, y, en definitiva, admirar la Luz del Resucitado, Cristo nuestro Señor, nuestra alegría y nuestra salvación” cita el arzobispo en el documento.

Vea el documento completo aquí 

 

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