Pioneros reciben formación internacional en el CITeS, Ávila
La experiencia integró psicología clínica, espiritualidad y desarrollo cultural
Un grupo de estudiantes de Psicología Clínica, acompañados del Dr. Erick Herrera, facultad del recinto de Arecibo participó de una experiencia académica en el Centro Internacional Teresiano Sanjuanista (CITeS). Esta experiencia integró la espiritualidad, la mística y el “coaching”cognitivo en el contexto de la psicología clínica. Según explicó el Dr. Herrera esta oportunidad representó un importante crecimiento profesional y personal.
“La formación me permitió ver nuevas perspectivas sobre la experiencia espiritual de los individuos, gracias al intercambio con profesionales de diversas disciplinas”, indicó Herrera. Destacó además que el proceso le impulsó a reflexionar sobre su propio conocimiento y aplicación del tema en su práctica psicoterapéutica.
Al describir la integración entre las distintas áreas abordadas aseguró que “ahora cuenta con más herramientas clínicas para llevar a cabo procesos de mentoría y psicoterapia con mayor eficacia”.
Uno de los temas más relevantes fue la psicopatología de la religiosidad, un enfoque que considera esencial para los profesionales de la salud mental. “Comprender la diferencia entre una espiritualidad sana y una que no lo es, nos hace más competentes para acompañar a quienes enfrentan conflictos relacionados a sus creencias espirituales”, afirmó.
La aplicabilidad de estos conocimientos al contexto puertorriqueño también fue resaltada por el profesor al citar datos del Pew Research (2025), recordó que el 88.8% de los puertorriqueños se identifican como cristianos y otro 6% expresa creer en Dios sin estar afiliado a una religión. “Esto demuestra que la espiritualidad es un componente clave en la vida de nuestros pacientes, y contar con herramientas para trabajar desde esa dimensión es fundamental”, añadió.
Finalmente, recomendó a otros estudiantes universitarios que se animen a participar en experiencias académicas internacionales. “Además de los conocimientos adquiridos, se desarrolla una inteligencia cultural invaluable. Como dijo Mark Twain: ‘Se tiene que viajar para aprender’”, concluyó.