La educación: instrumento transformador

Dan una mirada profunda a los desafíos y  oportunidades educativas en la población correccional del país.

 

Lograr un acercamiento profundo a los desafíos y a las oportunidades del poder transformador de la educación en la vida de los confinados y analizar cómo la educación es un elemento fundamental en su reinserción social  fue el eje central del conversatorio virtual La educación: instrumento transformador.

El foro, organizado por el Colegio de Educación de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, dio una mirada a la realidad educativa actual.  También, tuvo como propósito descubrir cómo nacen y se generan las oportunidades de formación para la población correccional.

La decana del Colegio de Educación, profesora Ana Báez,  resaltó “La educación y capacitación son herramientas fundamentales para que estas personas tengan acceso a más y mejores oportunidades laborales, reduciendo así las posibilidades de reincidencia y aumentando la seguridad de la comunidad.  Es urgente que las autoridades implementen medidas que ayuden a garantizar, dentro y fuera del sistema correccional, el ofrecimiento de cursos, talleres y otros incentivos que faciliten a las personas la integración al mundo laboral.  El papa Francisco en su visita a los presos de Filadelfia en 2015 expresó: ‘Es penoso constatar sistemas penitenciarios que no buscan curar las llagas, sanar las heridas y generar nuevas oportunidades’.  Abogó por una reinserción de la que todos formemos parte, a la que todos estamos invitados a estimular, acompañar y generar’’.

La experiencia de Joe Álvarez Ortiz, exalumno de los Programas de Preparación de Maestros de Educación Primaria y Secundaria en Artes Visuales de la PUCPR es vivo ejemplo de esto. “Mis experiencias se basan en una vida correccional pasada en contraste con la actual.  La educación comienza en el mismo núcleo familiar y no hablo del individuo, sino de los niveles jerárquicos de la familia, que sumado a las experiencias educativas, culturales y comunitarias, generan y pueden producir excelentes ciudadanos o por el contrario, transgresores de la ley que pudieran repetir lo aprendido,  muchas veces peor que su conocimiento previo formativo.   Como seres humanos, cada persona es un mundo diferente y cada cual se ubica en la orilla del río que más apoyo le brinde, pero la ventaja solo reside en el lado que más recursos, materiales, herramientas y apoyo ofrezca dentro del eterno dualismo”.

Afirmó Álvarez Ortiz “Hay confinados reeducables y me considero uno de ellos.  Me cansé de la vida que llevaba y me enfoqué en dejar las calles, las drogas y la vida de deshonra para ir tras un rumbo educativo que marcaría mi futuro.  Actualmente, soy maestro de Arte y Educación Especial en la ciudad de Winter Haven en Florida  y, a pesar de que encontré barreras lingüísticas y culturales,  he podido salir adelante y aporto al forjamiento y desarrollo de buenos ciudadanos para el futuro de la nación. La educación jugó un papel muy importante en mi vida y no tan solo me transformó, sino también a mi familia y a la sociedad. Hoy siento orgullo de haber estudiado en La Universidad Católica,  soy Pionero de corazón y siento inmensa gratitud por todos los profesores que apoyaron mis estudios, tanto el Departamento de Arte Visuales como el Colegio de Educación.  Recibí, en mis primeros pasos, mucho material y apoyo negativo en un lado del dualismo, pero mis familiares y el cansancio de la vida desordenada  movieron en mí deseos de curiosear hacia el otro lado del río”.

La Dra. Joan M. Acosta, catedrática auxiliar de la Escuela Graduada de Educación,por su parte, ofreció estadísticas sobre el grado educativo de los confinados durante el 2019 en Puerto Rico.   “En Puerto Rico, la educación supone un derecho constitucional por lo menos hasta el 4to año de escuela superior, aun cuando se esté privado de la libertad, recluido en una institución juvenil. Para los adultos el panorama es distinto, esto dependerá del tipo de delito y reclusión y del deseo de la persona de formarse en algún oficio o curso, como parte de su tiempo en el sistema correccional. En el Documento Perfil de la Población Adulta Confinada 2019 preparado por Doria A. Martínez Guzmán, directora de la Oficina de Desarrollo Programático del Departamento de Corrección y Rehabilitación se señala que 3,161 confinados hombres no ha terminado su cuarto año.  La mayoría de estos tiene hasta noveno grado (755). En segundo lugar, siguen los que han completado el undécimo grado (489) y, en tercer lugar, los que han obtenido octavo grado (467).  Con respecto a las mujeres 369 confinadas no han terminado su cuarto año.  La mayoría de estas tiene hasta noveno grado (29). En segundo lugar siguen las que han completado el undécimo grado (15) y, en tercer lugar las que han obtenido octavo grado (15) y; las que aprobaron undécimo grado (10)” .

Como psicóloga escolar, la Dra. Acosta resaltó “Es necesario adentrarnos en los sistemas correccionales tomando en consideración las dificultades educativas que presentan muchos de los jóvenes recluidos (Resolución Conjunta del Senado de P.R. Núm. 4, del 13 de mayo del 2021). En Puerto Rico, en mi experiencia como profesional, las intervenciones psicoeducativas para esta población son mínimas, ya que las instituciones juveniles se concentran en el ámbito de la academia (ofrecimientos ocupacionales y grados escolares), y en el campo de psicología clínica, forense y de consejería. Sin embargo, en la literatura identificada no se presentan datos que permitan esbozar si se realizan evaluaciones de esta índole o intervenciones en las áreas emocionales y cognoscitivas en jóvenes con posibles diagnósticos o dificultades en el aprendizaje escolar”.

Como propuestas para atender a esta población desde el marco de psicología escolar dijo ” Se deben hacer evaluaciones psicoeducativas a población de niños y jóvenes, la realización de perfiles psicoeducativos, intervenciones psicoeducativas individuales, talleres en temas como:manejo de las emociones ( frustración en el aprendizaje), toma de decisiones, estrategias cognoscitivas para aumentar desempeño en áreas especificas (como la memoria y la planificación) y  la organización.  También, estrategias dirigidas a padres y a la familia como talleres para el manejo de las dificultades educativas de sus hijos y conferencias de alternativas de aprendizaje escolar”.

 

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