“Dios nunca se cansa de perdonar”

Emotiva conferencia sobre la Divina Misericordia

Por: Celimer M. Torres

La Sala Madre Teresa de Calcuta fue el lugar seleccionado para celebrar y presentar a la comunidad universitaria la devoción a la Divina Misericordia. La conferencia estuvo a cargo de Sor Salwatricze Musial y de Sor Gaudia Skass, hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia de Cracovia en Polonia.  A esta congregación  perteneció Santa Faustina Kowalska, propulsora de la devoción a la Divina Misericordia. Este emotivo encuentro tuvo lugar en la PUCPR como preámbulo a la celebración del Segundo Encuentro Nacional de la Divina Misericordia a celebrarse el próximo sábado 17 de mayo en el Complejo Deportivo y Cultural de la Universidad.

La conferencia estuvo a cargo de Sor Salwatricze Musial y de Sor Gaudia Skass, Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia de Cracovia en Polonia.

La conferencia estuvo a cargo de Sor Salwatricze Musial y de Sor Gaudia Skass, Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia de Cracovia en Polonia.

En su participación Sor Gaudia Skass sostuvo “Nosotros nos cansamos de pedir perdón,  pero Dios nunca se cansa de perdonar y siempre está dispuesto a perdonar”. Jesús le dijo a Santa Faustina “Mi gloria es el pecador que se arrepiente de sus pecados, me glorío por el pecador que viene a mí”.  La misericordia de Dios es la respuesta a nuestra incapacidad para perdonar,  primero a nosotros mismos,  y luego a todos los demás a nuestro alrededor a los que a menudo juzgamos severamente”.   La hermana exhortó al público a mirar la imagen de Jesús y continuó su ponencia con estas palabras “Si durante los últimos minutos te has sentido algo más amado, sé que ya estás más cerca de poder decir Jesús, en ti confío porque solo puedo confiar en alguien de quien sé que me acoge tal y como soy y que no me va a rechazar aunque le cuente las peores atrocidades que haya podido cometer en la vida”.

El Dr. Jorge Iván Vélez Arocho, presidente de la PUCPR,  agradeció a las hermanas por su visita y manifestó “Hace poco tiempo atrás cuando tuve la oportunidad de visitar  Polonia por primera vez,  tuve la oportunidad de estar en el pueblo donde nació Sor Faustina.  Allí pude visitar su casa  y su capilla y el entorno donde ella vivió.  Les comparto que mi primer pensamiento fue: de este sitio tan pequeño, tan apartado y podríamos decir que hasta insignificante fue de donde Dios decide transmitirle al mundo un mensaje como el que hoy hemos escuchado: Dios te ama, Dios te perdona, Dios te quiere y  que no importa lo que tú hagas Dios siempre está a tu lado.  De  aquel lugar salió el deseo de Dios de poderle comunicar esta verdad al mundo a través de Sor Faustina. Esta visita significa mucho para la Universidad, para la Iglesia,  pero,  sobre todo para cada uno de nosotros”.

El Presidente, Dr. Jorge Iván Vélez Arocho junto  a S.E.R. Mons. Félix Lázaro, Obispo de Ponce y las Hermanas de la Congregación de la Divina Misericordia. Les acompaña la Sra. Angie Hernández, esposa del Dr. Vélez Arocho.

El Presidente, Dr. Jorge Iván Vélez Arocho junto a S.E.R. Mons. Félix Lázaro, Obispo de Ponce y las Hermanas de la Congregación de la Madre de la Misericordia. Les acompaña la Sra. Angie Hernández, esposa del Dr. Vélez Arocho.

“Haber tenido la oportunidad de traer por primera vez a Puerto Rico a dos hermanas de la Congregación de la Madre de la Misericordia en Polonia que nos traen esa presencia de un Jesús vivo, real, misericordioso, que siempre perdona, esto  ha sido una gran bendición.  Es el mismo Jesús quien viene a nuestro encuentro, es el mismo Jesús quien a través de ellas nos habla, nos recuerda, nos abraza.  Lo más importante ha sido tener la experiencia y la vivencia de estar cerca de dos personas elegidas para esta misión de proclamar al mundo la misericordia de Dios” expresó  Naida Costas, Coordinadora General de la Divina Misericordia de la diócesis de Ponce.
Sor Faustina tuvo,  a partir de 1931,   una serie de revelaciones de Jesús,  las cuales escribió en su diario de más de 600 páginas. Durante casi 20 años estuvo prohibida la devoción a la Divina Misericordia,  pero el 15 de abril de 1978  la Santa Sede permitió la práctica de esta devoción. Esta devoción está caracterizada por la imagen revelada a la Santa en su visión y que incluye  las palabras “Jesús, en ti confío” y los rayos que ilustran el Agua y la Sangre de Jesús.  Santa Faustina fue canonizada por el Papa Juan Pablo II en el año 2000.

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