Encuentro de ODUCAL en Perú

80 Rectores y Presidentes de Universidades Católicas de América Latina y el Caribe reunidos en Perú.

La Junta Directiva de ODUCAL compuesto por el presidente, Dr. Pedro Pablo Rosso; secretario ejecutivo, Prof. Antonio Daher;
vicepresidente de la región de Brasil, Hno. Clemente Ivo Juliatto
y vicepresidente de la región de Andina, P. Manuel Corrales, SJ.

El XVI Encuentro de la Organización de Rectores de Universidades Católicas de América Latina y el Caribe (ODUCAL) se inició la mañana del lunes, 12 de noviembre de 2012.  La sede fue la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo de Chiclayo – USAT. El evento se celebró por primera vez en el Perú y se extiendió hasta el miércoles, 14 de noviembre.

En ODUCAL se congregaron cerca de 80 rectores y presidentes de Universidades Católicas que arribaron a Chiclayo, Capital de la Amistad.

El presidente de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, Dr. Jorge Iván Vélez Arocho, participó de este importante evento de universidades latinoamericanas.  “ODUCAL se reúne dentro de la gran tradición institucional de educación cristiana, humana y católica en el servicio a la sociedad. Somos educadores católicos al servicio de América Latina y el Caribe. La PUCPR se une al proceso de fortalecimiento de un espacio de educación superior católica en América Latina y el Caribe”, expresó Vélez Arocho.

El evento comenzó con la celebración de la Eucaristía concelebrada por el Nuncio Apostólico en Perú, Mons. James Patrick Green y Mons. Jesús Moliné Labarta, Obispo de Chiclayo y Gran Canciller la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo – USAT.

Dr. Jorge I. Vélez Arocho firmando la Declaración de Chiclayo.

Posteriormente, los participantes se trasladaron al campus USAT para la ceremonia de inauguración. Pedro Rosso Rosso, presidente de ODUCAL, indicó que la USAT es un ejemplo destacado de las universidades católicas que han surgido durante las últimas tres décadas en América Latina y el Caribe, muchas de ellas ubicadas lejos de las capitales. “Ellas representan la savia joven de ODUCAL y las instituciones que nuestra organización desea acoger y servir de manera especial”, añadió.

Por su parte, el Dr. Hugo Calienes Bedoya, rector de USAT, dio la bienvenida a los visitantes indicando que este evento será rico en frutos.  Añadió que, al final de la asamblea, todos los rectores estarán más unidos en un solidario objetivo común que testimonie que la universidad católica, hoy más que nunca, es muy necesaria para la sociedad global que muestra los valores cristianos en crisis.

 Además, en la ceremonia de inauguración, el presidente regional de Lambayeque, Ing. Humberto Acuña Peralta, entregó  reconocimientos al Nuncio Apostólico, Excmo. Mons. James Patrick Green; al Secretario General de la CEPAL, P. Pablo Valera Serve; al P. Pedro Ferreira de Olivera, presidente de la Federación Internacional de Universidades Católicas (FIUC); a Mons. Guy – Real Thiveierge y a Pedro Rosso Rosso, titular de ODUCAL.

 ODUCAL es una asociación de Universidades Católicas de América Latina y el Caribe vinculada, en calidad de Asociación, a la FIUC. Su finalidad es contribuir al progreso y a la consolidación de la educación superior católica en Latinoamérica.  Con ese propósito se desarrolla un conjunto de acciones de colaboración, orientado a mejorar la calidad de la oferta educativa y a fortalecer las actividades de investigación y de servicio a la comunidad de las instituciones asociadas.

 Las Universidades Católicas deben recuperar los valores del pueblo

El Padre Michael Gibaud, rector de la Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción”, señaló que las universidades no pueden estar ajenas al contexto en el que  viven.  Dijo que “deben estar preparadas para enfrentar la crisis ética, económica, social y política que sufre actualmente Latinoamérica”.

 “La universidad debe dar respuesta a la crisis humanista.  La técnica y la tecnología nos hacen menos humanos, así que debemos favorecer a la comunidad Latinoamericana, teniendo como base la identidad cristiana y recuperar los valores de nuestros pueblo”, destacó  el Padre Michael Gibaud en la XVI Asamblea General de la Organización de Universidades Católicas de América Latina y el Caribe (ODUCAL), que se celebra en la USAT.

También, participaron en la ponencia Juan Carlos Hourcade, coordinador académico de la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino de Argentina; así como Rafael Breide Obeid, rector de la Universidad  Católica de La Plata, Argentina y la Dra. Alicia Casermeido, directora general del Observatorio Deuda Social de la Pontificia Universidad Católica de Argentina

Juan Carlos Hourcade, coordinador académico de la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino de Argentina, dijo que la opción para ayudar a los pobres no es ideológica, sino del Evangelio. “El diezmo no solo significa entregar dinero, sino dar tiempo para ayudar a los demás.  Por ejemplo, un médico puede atender a un paciente sin cobrar, eso también es diezmar.  Además, si todos los fieles de América Latina diezman, la Iglesia no necesitaría tener alianzas con los Estados” acotó.

Asimismo, anotó que actualmente no se sabe dialogar con la sociedad. “La tarea del diálogo social tiene que ser post moderno, la educación y enseñanza deben comenzar por la experiencia para terminar con la razón” puntualizó. 

 Además, en el inicio del segundo día del ODUCAL 2012 que se desarrolla en la USAT,  de Chiclayo, se dio a conocer el próximo gran evento que tendrá como escenario la ciudad de Belo Horizonte (Brasil), el Congreso Mundial de Universidades Católicas: “Nuevos tiempos, nuevos sentidos”, que se celebrará del 18 al 21 de octubre de 2013. Dicho evento, que antecede a la 27° Jornada Mundial de la Juventud, pretende convocar a unas 30 mil personas, entre rectores, estudiantes y plana administrativa de las Casas de Estudio afiliadas a la Federación Internacional de Universidades Católicas (FIUC), entre las que se encuentra la USAT.

 En este escenario, Mons. Guy-Real Thivierge, secretario general de la FIUC, se refirió a los próximos resultados que arrojará la Encuesta Mundial sobre la cultura de los estudiantes de universidades católicas, cuya muestra incluyó a la USAT. Este estudio de investigación revelará la interrogante de cómo los jóvenes construyen el sentido de sus vidas, en las distintas dimensiones que la comprenden y de cómo las universidades católicas contribuyen al sentido de la vida de sus estudiantes.

 “Este ambicioso proyecto ha sido traducido a 10 idiomas e incluye a países de distintas partes del mundo”, señaló Mons. Thivierge al referirse al alcance cuantitativo de esta encuesta.

 Al término de la jornada de hoy, los participantes del ODUCAL 2012, firmarán la Declaración de Chiclayo, documento oficial de esta XVI Asamblea General que contiene aspectos claves sobre el fortalecimiento y compromisos de las universidades católicas del continente.

Homilía Nuncio Apostólico S.S, James Patrick Grenn en el XVI Encuentro de la Organización de Rectores de Universidades Católicas de América Latina y el Caribe (ODUCAL).

 Queridos Hermanos y Hermanas:

 Sean mis primeras palabras, en esta mi primera visita a Chiclayo, expresión de la alegría que experimento por estar con ustedes e inaugurar la Asamblea de la Organización de Universidades Católicas de América Latina y el Caribe (ODUCAL), que se realiza en esta ciudad. De manera particular quiero saludar a Mons. Jesús Moliné, Obispo de esta querida diócesis y Gran Canciller de la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo, quien me ha invitado a presidir esta Eucaristía.

 Decía el Santo Padre Benedicto XVI a los jóvenes profesores universitarios en la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid: «la Universidad ha sido, y está llamada a ser, siempre, la casa donde se busca la verdad propia de la persona humana. Por ello, no es casualidad que fuera la Iglesia quien promoviera la institución universitaria, pues la fe cristiana nos habla de Cristo como el Logos por quien todo fue hecho (cf. Jn 1,3), y del ser humano creado a imagen y semejanza de Dios» (Discurso a los jóvenes profesores universitarios, Madrid, 19 agosto 2011). De allí la enorme importancia que tiene este encuentro de cara a reflexionar y volver a tener presentes el objetivo y la misión para los que han sido creadas las Universidades Católicas.

La tarea fundamental de las Universidades de la Iglesia ha de ser ayudar a las jóvenes de cada generación a descubrir dentro de sí mismos el sentido de su propia existencia, que no está nunca disociada de la experiencia de Dios. Solo así el hombre se hace decididamente más humano y capaz de realizar su propia vocación. Es por ello, decía el Papa, que «La Tradición ha visto en la enseñanza –y más generalmente, en la educación– una concreta manifestación de la misericordia espiritual, que constituye una de las primeras obras de amor que la Iglesia tiene la misión de ofrecer a la humanidad. En nuestro tiempo es más que nunca oportuno hacer actual y eficaz esta tarea apostólica confiada a las Universidades católicas» (Discurso a la Asamblea plenaria de la Congregación para la educación católica, 21 enero 2008).

Todos los actores de la vida universitaria católica han de estar convencidos de que «la Universidad encarna un ideal que no debe desvirtuarse ni por ideologías cerradas al diálogo racional, ni por servilismos a una lógica utilitarista de simple mercado, que ve al hombre como mero consumidor» (Discurso a los jóvenes profesores universitarios, Madrid, 19 agosto 2011). Las Universidades Católicas no ofrecen un producto cualquiera a unos consumidores. Ellas cumplen una misión eclesial que, como toda misión en la Iglesia, encuentra su origen en la misma misión de Jesucristo.

 Decía el Santo Padre: «He ahí vuestra importante y vital misión (…) los jóvenes necesitan auténticos maestros; personas abiertas a la verdad total en las diferentes ramas del saber, sabiendo escuchar y viviendo en su propio interior ese diálogo interdisciplinar; personas convencidas, sobre todo, de la capacidad humana de avanzar en el camino hacia la verdad (…) Esta alta aspiración es la más valiosa que podéis transmitir personal y vitalmente a vuestros estudiantes, y no simplemente unas técnicas instrumentales y anónimas, o unos datos fríos, usados sólo funcionalmente» (Discurso a los jóvenes profesores universitarios, 19 agosto 2011).

 

Edificio de la Asamblea Juan Pablo II

 La Universidad de la Iglesia está comprometida con los hombres en ayudarlos a recorrer el camino hacia la verdad completa que compromete al ser humano en su totalidad y no sólo a su inteligencia y razón. Y ese verdadero camino a la verdad humana comprende también la voluntad, la capacidad de amar, y todo ello es potenciado por la verdadera fe en tanto experiencia de amor recibido y posteriormente testimoniado. Hay que tener siempre presente que «no existe la inteligencia y después el amor: existe el amor rico en inteligencia y la inteligencia llena de amor» (Caritas in veritate, n. 30). Por ello si desean ser realmente eficaces en vuestra labor, unidos a una gran cadena de hombres y mujeres que se han entregado a proponer y a acreditar la fe ante la inteligencia de los hombres, deben también ser ustedes capaces no sólo de enseñarla, sino de vivirla y encarnarla, como el Logos se encarnó y puso su morada entre nosotros.

 Pero, ¿es posible esta tarea? ¿No es acaso poco lo que podemos hacer ante un mundo que propone ideales atractivos de humanidad, apartados de la visión cristiana del hombre? ¿Proponer lo que la Iglesia enseña no es acaso nadar contra corriente? Puede parecer lógica una cierta desconfianza frente al desafío. Pero el Evangelio de hoy pone ante nuestros ojos una oportuna petición de los Apóstoles al Señor: «Auméntanos la fe». Es lo que también hoy podemos suplicar nosotros: que aumente nuestra fe para creer que la misión recibida del Señor por medio de la Iglesia puede llevarse a cabo con la ayuda del Espíritu del Señor; que aumente nuestra fe para determinarnos a vivir el ideal humano-cristiano que queremos proponer a aquellos a quienes servimos y a la sociedad en general; que aumente nuestra fe para volver a mostrar con alegría y sin temor la “belleza antigua y siempre nueva” del Evangelio, y las Universidades Católicas vuelvan a ser esas antorchas que iluminaron la oscuridad del pensamiento y le alcanzaron al hombre la verdadera libertad del corazón.

 Espero que mis palabras puedan ser una ayuda y un estímulo para que esta Asamblea logre los frutos deseados y éstos redunden en beneficio de cada una de vuestras casas de estudios. Que María, “Sedes Sapientae”, Madre y Formadora del Verbo encarnado, les conceda su auxilio e interceda por cada uno de ustedes, para que sepan cumplir con fidelidad, alegría y entusiasmo la labor de forjar a las nuevas generaciones de cristianos, hombres y mujeres, que con inteligencia formada, conciencia clara y fe ardiente, deben afrontar los retos de nuestro tiempo.

Por último, dada la importancia de este encuentro, tengo el honor de impartirles, en nombre de nuestro Santo Padre Benedicto XVI, la tan implorada bendición Apostólica.

 Amén.

 

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