Navidad…época para perdonar y sanar

Ante los desafíos, ¿cómo lograr una reconciliación genuina y disfrutar en paz la Navidad?

Por:  Celimer Torres Rivera

La Navidad es una época en la que muchas familias se reúnen para celebrar. Se festeja el nacimiento del Niño Jesús y surge el compromiso de vivir en comunidad cristiana.  Se  intenta seguir el ejemplo de la Sagrada Familia, confiando en la voluntad del Padre. Se renueva el compromiso para ser mejores personas, se trazan planes, se evalúa  la vida y se estimulan nuevas resoluciones. Pero, ¿cómo vivir una Navidad con rencor, especialmente dentro de la familia? ¿cómo lograr una reconciliación  plena si no se aprende  a perdonar para poder sanar?

De acuerdo con la Prof. Ada Kercadó, directora de la Clínica Interdisciplinaria de Servicios a la Comunidad, “el perdón es una acción que requiere de mucha valentía. Es un proceso en el que se debe ser humilde y, a la misma vez, estar dispuesto  a asumir un compromiso personal y con el prójimo. No es fácil perdonar,  particularmente cuando la persona se siente muy herida, traicionada, con un dolor emocional que difícilmente se pueda ignorar. Cuando las personas se enfrentan a la posibilidad de perdonar,  la acción requiere de tiempo.  El que decide perdonar debe desprenderse  de ese malestar para darse la oportunidad de iniciar, nuevamente, su vida aceptando nuevas realidades y vivencias”.

De acuerdo con la Prof. Ada Kercadó, directora de la Clínica Interdisciplinaria de Servicios a la Comunidad, "el perdón es una acción que requiere de mucha valentía.

De acuerdo con la Prof. Ada Kercadó, directora de la Clínica Interdisciplinaria de Servicios a la Comunidad, “el perdón es una acción que requiere de mucha valentía.

La experta en salud mental compartió con Huellas del Futuro la propuesta para sanar heridas y considerar ofrecer el perdón como un propósito para disfrutar en paz esta Navidad. “Hablamos de consideración y de ofrecimiento porque el perdón conlleva tiempo. No es algo que podamos regalar en un instante ni tampoco es una acción que no conlleve un examen de  conciencia. Hablamos de propósito porque requiere de una intención real y personal para reconciliarnos, primero, con nosotros mismos y luego,  con esa otra persona que identificamos como la fuente de nuestro dolor”.

La Psicóloga añadió “Si hemos considerado el perdón como una alternativa para superar nuestro dolor, evaluemos lo siguiente: perdonar no es sinónimo de olvidar. Aunque el perdón no tiene límites,  el valor que le otorgamos a esa ofensa que induce a nuestro dolor,  nos limita en  nuestra capacidad humana para poder afrontarlo. El proceso del perdón requiere que volvamos a revivir esas experiencias particulares y, como personas, no nos gusta volver a enfrentar experiencias dolorosas o desagradables. Por otro lado, hay que considerar el nivel de la ofensa, las circunstancias,  los agravantes, las  consecuencias, los pensamientos y las emociones.. Es por ello que el perdón debe considerarse como un proceso, en el que hay reevaluar un sinnúmero de factores antes de poder decir:  te perdono”.

El camino del perdón es un recorrido personal e individual. La iniciativa puede ser única,  requiriendo de un motivo e interés genuinos para llegar a alcanzarla. Según la Profa. Kercadó “Es difícil imaginar que las cosas no puedan ser iguales, aún cuando muy profundamente estemos conscientes de que cada día pueda traer una nueva oportunidad. Todas nuestras experiencias cambian  nuestras circunstancias. Los cambios nos dan la oportunidad de crecer, de considerar nuevas alternativas, de permanecer inmóviles o de retar nuestras capacidades. Nuestra fe nos puede ayudar, permitiéndonos ser fuertes ante la adversidad y fieles en misericordia.  Nos ofrece la certeza de que, al final, encontraremos el camino para reconciliar nuestra alma”.

Para perdonar solo se necesita prepararse para dar el primer paso hacia el perdón e iniciar el  recorrido, un día a la vez. Como un importante aspecto, recordó que “se debe tener confianza hacia una nueva oportunidad para cada persona.  El primer paso es el más difícil:  conlleva un gran esfuerzo personal darle una oportunidad a  esa persona que nos ofendió. Por eso el perdón debe verse como un propósito, debe considerarse como una oportunidad y debe enfrentarse como un compromiso personal”.

 

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