75 años de servicio al desarrollo del país

La Católica celebra su 75 aniversario de fundación

Todo comenzó en octubre de 1948 cuando se estableció en Ponce la Universidad de Santa María.  A través de los años, esa Universidad se transformó hasta convertirse en la hoy Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico (PUCPR).

El presidente de la Institución, Dr. Jorge Iván Vélez Arocho, reafirmó el compromiso que la Institución ha mantenido con su pueblo desde sus inicios.“Hoy, 12 de octubre de 2023 la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico cumple  75 años de haber sido establecida. Se escoge el 12 de octubre para significar la llegada a P.R. por primera vez de los navegantes de Europa. En segundo lugar, se destaca que el establecimiento de la Universidad es una iniciativa de la Iglesia en Puerto Rico representada por sus los obispos: de Ponce, Mons. James Mc Manus, C.SS.R y de San Juan Mons. Jaime Pedro Davis. En tercer lugar, que la misión era promover las artes liberales y las ciencias. Los dos primeros programas fueron para preparar maestras y enfermeras. En tercer lugar, la Universidad honrará a María, madre de Dios. La hermosa escultura bajo el arco de entrada a la Universidad tiene cono nombre María, Trono de la Sabiduría”, reiteró el doctor Vélez Arocho.

“El periódico El Mundo recogió en varias reseñas lo que ocurrió alrededor de esa fecha en 1948. Las reseñas de primera plana acentúan la importancia del establecimiento de la Universidad de Santa María para el país” añadió el presidente.

De cara al futuro la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico mantiene firme su compromiso de formar profesionales listos para servir a las necesidades de la Isla y apuesta a la innovación, a la tecnología, al cuidado del medioambiente y a la infraestructura para continuar su aportación al país.

 

Estudiantes que formaron parte de la primera clase.

75 años formando profesionales

La Pontificia Universidad Católica se fundó en 1948 por iniciativa de los  obispos de Puerto Rico: S.E.R. Mons. James E. McManus, C.S.S.R., obispo de la diócesis de Ponce y S.E.R. James Davis, obispo de la diócesis de San Juan. Inicialmente se le dio el nombre de Santa María. En sus comienzos estuvo afiliada a la Universidad Católica de América en Washington. La Junta de Regentes de la Universidad del Estado de NY le otorgó una Carta Orgánica que la acreditaba como institución de educación superior cuyos programas conducían a grados académicos y profesionales. A finales de su primer año de fundación, la Universidad obtuvo la acreditación del Consejo de Educación Superior de Puerto Rico y, en 1953, la de la Middle States Association of Colleges and Secondary Schools. Todos los programas académicos de la Pontificia Universidad Católica están acreditados por el Consejo General de Educación, Middle States Association of Colleges and Schools, el Consejo de Educación Superior, la Sagrada Congregación de Educación Católica en Roma y por diversas asociaciones profesionales, tales como: Accreditation Commission for Education in Nursing (ACEN), the National Accrediting Agency for Clinical Laboratory Sciences, the Council on Social Work Education, and the American Bar Association.

Mensaje del presidente, Dr. Jorge Iván Vélez Arocho en los  75 Aniversario de la PUCPR

El 12 de octubre de 2023 la historia de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico celebra su aniversario 75 al servicio del país. La PUCPR ha sido, desde sus comienzos, pregunta
y respuesta. Pregunta, pues ha mirado la realidad de nuestro país para responder con propuestas para atender los desafíos que las coyunturas pastorales y sociales presentan. En sus inicios
identificó dos urgentes desafíos sociales en Puerto Rico, preparar maestros y maestras y preparar enfermeras y enfermeros. Y la Universidad asumió este reto y se fundó para formar jóvenes que
contribuyeran a alfabetizar y a sanar a nuestra población. Esta respuesta nació del reconocimiento de la identidad y misión de la Universidad.

Durante los pasados setenticinco años, la PUCPR se ha destacado por la íntima relación entre su identidad católica y su misión. Por consiguiente, en lugar de asumir actitudes meramente
reactivas, cerradas o defensivas ante la sociedad secularizada que alimenta valores como el individualismo competitivo y que legitima o acrecienta las desigualdades que parecen desafiar la
educación en sus valores más profundos, la PUCPR responde desde una actitud y acción proactivas. En momentos de gran celebración para la PUCPR es nuestra responsabilidad y más
profunda misión reafirmar el valor de la persona humana, superando la indiscutible exaltación del provecho y de la utilidad como medida de todas las opciones, de la eficiencia, de la
competitividad individualista y del éxito a toda costa.

Primera graduación de la Universidad Católica de Santa María

Las universidades son espacios privilegiados para estudiar y proponer soluciones a los problemas nacionales. De hecho, una búsqueda nos demuestra que muchas universidades asumen
este reto y hacen contribuciones importantes desde su identidad y misión. Otras dedican sus acciones a formar cuadros profesionales sin involucrarse directamente en el estudio y las
propuestas de solución a los problemas nacionales. Como es de esperarse, la identificación de los problemas se relaciona directamente con cada país en particular, aunque hay unos problemas que
aparentan ser de carácter global. Como he mencionado, la PUCPR asume el desafío de enfrentar los problemas con propuestas concretas. La Universidad ha establecido tres campus y, en el
campus de Ponce, siete facultades. Las facultades y recintos están alineadas con las prioridades que se han identificado en la realidad de Puerto Rico y del Caribe: Educación, Ciencias, Derecho, Artes y Humanidades, Ciencias de la Conducta y Asuntos de la Comunidad, Arquitectura y Diseño, Administración de Empresas y Turismo y Artes Culinarias.

Simultáneamente, La Católica ha establecido institutos, centros y otras iniciativas que enfocan en áreas prioritarias de apoyo a la misión tales como: Instituto de Doctrina Social, Instituto de Matrimonio y Familia, Observatorio de Políticas Públicas y Gobernanza, Clínica Interdisciplinaria enfocada en la atención a la salud mental, Clínica de Asistencia Legal, Iniciativa para la Responsabilidad Social, Transparencia e Integridad, Centro de Biotecnología y Biotecnología Agrícola, entre otros. Como se observa, tanto los recintos como las facultades y
los centros, se enfocan en los más apremiantes problemas de Puerto Rico que, si no los atendemos pronto, tendrán un gran impacto sobre nuestro futuro.

La íntima relación entre la identidad y la misión de una universidad católica se plantea como el “alma” de la educación que se basa en los valores de nuestra fe y en los derechos humanos. Ambas dimensiones están absolutamente unidas, porque la misión expresa la identidad y es esta la que garantiza esa visión de servicio. Las universidades católicas deben establecer su visión, misión y acciones alrededor de la búsqueda y defensa de la verdad. Escuchemos lo que nos plantea la Constitución Apostólica sobre las Universidades Católicas titulada Ex corde ecclesiae “Del corazón de la Iglesia”: Es un honor y una responsabilidad de la Universidad Católica consagrarse sin reservas a la causa de la verdad. Es ésta su manera de servir, al mismo tiempo, a la dignidad del hombre y a la causa de la Iglesia, que tiene «la íntima convicción de que la verdad es su verdadera aliada… y que el saber y la razón son fieles servidores de la fe». Sin descuidar en modo alguno la adquisición de conocimientos útiles, la Universidad Católica se distingue por su libre búsqueda de toda la verdad acerca de la naturaleza, del hombre y de Dios. Nuestra época, en efecto, tiene necesidad urgente de esta forma de servicio desinteresado que es el de proclamar el sentido de la verdad, valor fundamental sin el cual desaparecen la libertad, la justicia y la dignidad del hombre.

Para los que tenemos responsabilidades como facultativos o administración o personal no docente en general hay un planteamiento y un reto muy concreto “La finalidad es hacer que se
logre «una presencia, por así decir, pública, continua y universal del pensamiento cristiano en todo esfuerzo tendiente a promover la cultura superior y, también, a formar a todos los estudiantes de manera que lleguen a ser hombres insignes por el saber, preparados para desempeñar funciones de responsabilidad en la sociedad y a testimoniar su fe ante el mundo»”.
Esa es la visión de la PUCPR.

Hago referencia de nuevo a la Constitución Apostólica Ex corde ecclesiae, documento fundamental sobre la identidad y misión de nuestra Universidad. ¿Y qué le es propio a la universidad católica? Buscar y transmitir la verdad. Leamos “[…] aquello que es propio de la vida universitaria: la ardiente búsqueda de la verdad y su transmisión desinteresada a los jóvenes
y a todos aquellos que aprenden a razonar con rigor, para obrar con rectitud y para servir mejor a la sociedad”. Observemos el énfasis en “razonar con rigor” para no dejarnos engañar por otras
propuestas que puedan poner telarañas en nuestros ojos y ocultarnos la verdad. La cita de san Juan Pablo II nos presenta dos aspiraciones importantes del resultado proceso educativo: que se
obre con rectitud y que se sirva mejor a la sociedad.

En la PUCPR reconocemos la centralidad de la persona humano “Es esencial que nos convenzamos de la prioridad de lo ético sobre lo técnico, de la primacía de la persona humana
sobre las cosas, de la superioridad del espíritu sobre la materia. Solamente servirá a la causa del hombre si el saber está unido a la conciencia. Los hombres de ciencia ayudarán realmente a la
humanidad solo si conservan el sentido de la trascendencia del hombre sobre el mundo y de Dios sobre el hombre". Este fue un hilo conductor de todas las manifestaciones de los académicos de nuestra Universidad a través de los medios de comunicación del país.

La Pontificia Universidad Católica está llamada a estar presente desde su identidad “Estos laicos católicos responden a la llamada de la Iglesia «a estar presentes, a la enseña de la
valentía y de la creatividad intelectual, en los puestos privilegiados de la cultura, como es el mundo de la educación: Escuela y Universidad para que iluminen y ordenen las realidades
temporales de modo que sin cesar se desarrollen y progresen”.

 

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