Se trastoca la familia por dramáticos cambios sociales y económicos

Así lo evidencia estudio de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico.

La institución de la familia se ha afectado por los dramáticos cambios sociales y económicos ocurridos durante las pasadas décadas.  Esto ha provocado un incremento en la violencia intrafamiliar y ha generado que Puerto Rico sea uno de los países de mayor incidencia de divorcios en el mundo.  Además, la migración masiva de puertorriqueños en búsqueda de una mejor calidad de vida, contribuye al disloque de la estructura familiar.

Puerto Rico, estadísticamente, es el país con mayor desigualdad económica en Estados Unidos, según la publicación.

Puerto Rico, estadísticamente, es el país con mayor desigualdad económica en Estados Unidos, según la publicación.

Así lo revela un reciente estudio trabajado por académicos de la Escuela Graduada de Trabajo Social, adscrita al Colegio de Estudios Graduados en Ciencias de la Conducta y Asuntos de la Comunidad de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico. “La familia puertorriqueña: un acercamiento socio-histórico”, fue investigada  por el director de la Escuela Graduada, José Reyes Rivera,  la catedrática, Dra. Hilda Burgos Ocasio y la profesora Zulmarie Hernández Bello. El estudio analiza, desde la perspectiva histórica de la institución familiar, las diversas definiciones que esta ha tenido a través del tiempo.  Asimismo, profundiza  en estadísticas  y datos oficiales de agencias que dan servicios a las familias en la Isla.

“Como expertos, profundizamos en la historia, las estadísticas, los informes y los estudios relacionados con la familia en Puerto Rico y cómo los cambios sociales la han impactado.  En el proceso se discuten conceptos como la economía, el desempleo y la dependencia y su interrelación con la familia. Entre los hallazgos más relevantes están cómo los cambios históricos y sociales han abonado al incremento de la violencia en la familia.   También se ha observado un dramático aumento de la tasa de divorcios, lo que ha generado una persistente alza en madres solteras”, señaló Reyes Rivera, trabajador social clínico y forense.

El director de la Escuela Graduada de Trabajo Social añadió “a la familia se le adscriben  funciones específicas en la sociedad.  Tiene una dimensión socializadora que incluye la regulación de la conducta sexual, la protección y el cuidado de los miembros y proveer un estatus social de acuerdo con los paradigmas establecidos en cada sociedad.  Por eso, la estructura de la familia en Puerto Rico ha sido impactada por factores como el urbanismo, el divorcio, la emigración, entre otros”.

Datos relevantes:

El estudio, que compara estadísticas y datos a través de varias décadas, reveló que:

– Puerto Rico es uno de los países de mayor incidencia de divorcios en el mundo.  (De cada
100 matrimonios se efectúan 74 divorcios).

–       En el 95% de los divorcios, la madre retiene la custodia de los hijos.

–       En 1970 se registraron 89,637 jefas de familia y en el 2000 esa cifra aumentó a 268,476.  Esto constituye un aumento de 66.6%.

–     Las mujeres jefas de familia en general son de bajo nivel educativo y tienen multiplicidad de roles al cargar solas las responsabilidades de la familia.

–       El nivel de vida de los hombres posterior a un divorcio aumenta un promedio de 42%
.
–     El nivel de vida de la mujer después de un divorcio disminuye en un 73%.
–       El nivel de pobreza de las jefas de familia es mayor que cualquier otro grupo.
–      Existe escasez de apoyo gubernamental, empresarial y familiar para el manejo de responsabilidades de la jefa de familia en la crianza de sus hijos.

En torno del impacto de la economía en la estructura de la familia, el estudio revela  que en los pasados cinco años  se han perdido 200,000 empleos (14% a 15% nivel de desempleo – Departamento del Trabajo; Estadísticas de la Junta de Planificación).

–       La fuerza laboral ronda las 907,200 personas. En un país de 3.5 millones de habitantes esto significa que el 26% de la población laboral sostiene al 74%.

–       De acuerdo con la Oficina de Instituciones Financieras, durante los primeros 6 meses de 2013 2,150 familias perdieron sus hogares.  Estas se suman a las 17,125 familias que en los pasados cinco años perdieron sus hogares en Puerto Rico.

 

Puerto Rico, estadísticamente, es el país con mayor desigualdad económica en Estados Unidos, según la publicación.  El Departamento de la Familia afirma que 60,000 familias (1.3 millones de personas) reciben fondos federales e identifican estos ingresos como su única o principal fuente de recursos. El 20% de la población ostenta el 60% del ingreso, mientras que el 20% más pobre sólo recibe el 1.7%.

El análisis también revela que “los puertorriqueños están expuestos a una violencia constante, de manera directa o indirecta. Los factores que contribuyen a la violencia son: la pobreza, el desempleo, la desigualdad, el alcoholismo, las adicciones y los cambios de roles en la familia, entre otros. En Puerto Rico se registran más de 13,000 casos de violencia doméstica al año y cada 15 días una mujer es asesinada por su pareja. Este sin duda es uno de los sectores sociales más vulnerables”, reiteró la Dra. Hilda Burgos, PhD.

Recomendaciones:

“A raíz de los hallazgos del estudio, los investigadores incluyeron una serie de recomendaciones amparadas, principalmente, en los valores que promueve la Iglesia Católica e identifican a las diócesis como herramientas para tratar de mejorar la crisis de las familias en Puerto Rico”, reiteró Reyes Rivera.

Es necesario, según estos expertos, “Diseñar un registro de los programas comunitarios en las diócesis, ya sean diocesanos, laicos y/o voluntarios, que actualmente apoyan a la familia puertorriqueña ofreciendo servicios sociales de diversa índole.  Así podrá divulgarse a las parroquias como posibles recursos”.

Otras recomendaciones son:

–      En la medida de lo posible, apoyar estratégica o financieramente estos proyectos.

–      Desarrollar una pastoral de integración de  diversos programas sociales que operen desde las diócesis, de manera que no compitan entre ellos o dupliquen sus servicios.

–      Estimular la presencia laical en la discusión y aprobación de política pública dirigida a la familia puertorriqueña y a aquellos problemas sociales que afectan la misma.

–      Impulsar y apoyar iniciativas de investigación académica sobre el tema de la familia para que puedan identificar tendencias y focos de acción evangelizadora hacia esta institución social.

Desde el punto de vista académico, se debe desarrollar un currículo sobre el tema de la familia que incluya perspectivas eclesiales sobre la familia, cónsonas con la doctrina social.  El currículo, según los académicos, debe divulgarse entre los diferentes niveles de formación en las diócesis, reafirmó Reyes Rivera.

Para leer el estudio entra a www.pucpr.edu/publicaciones

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