“Nuestra Universidad avanza segura, no porque no enfrentemos tormentas sino porque con nosotros va aquel que tiene el control del tiempo”

Mensaje del presidente de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico en la Misa de Inicio del año académico 2025 – 2026

 

 

Padre Obispo Rubén Antonio González Medina, gran canciller de la Universidad y obispo de la diócesis de Ponce,  estimados colegas del claustro, compañeros de la administración y de las unidades de servicio, queridos estudiantes, familia Pionera de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico:

A esta misma hora celebramos esta Santa Misa junto a los compañeros del recinto de Mayagüez y de la Universidad Central de Bayamón, donde también se está llevando a cabo, y anticipamos la del recinto de Arecibo que tendrá lugar el próximo martes, unidos todos en oración por la misma intención.

Hoy nos hemos reunido como comunidad académica y como comunidad de fe para poner en manos de Dios Padre, por el sacrificio de su Hijo, Jesucristo, nuestro semestre, nuestros proyectos, anhelos y deseos, invocando la asistencia y fuerza del Espíritu Santo para poderlos alcanzar. Venimos conscientes de que solo los proyectos de Dios perduran en la historia y que nuestro éxito depende de cómo nuestros planes se ajustan a los suyos. Por eso decimos con confianza que nuestra Universidad, como proyecto educativo y evangelizador, avanza segura, no porque no enfrentemos tormentas o tiempos difíciles, sino porque con nosotros va aquel que tiene el control del tiempo, la eternidad, a quien los mares obedecen y ante quien toda rodilla se dobla. Conscientes de ello, iniciamos nuestro año en la eucaristía y renovamos nuestra profesión de fe, no solo por cumplir con una exigencia reglamentaria, sino porque en esa fe se sostiene y descansa todo nuestro trabajo, todo lo que enseñamos y todo lo que estamos llamados a lograr.

Así como para los actos institucionales más importantes, como la graduación, llevamos nuestra vestimenta académica, hemos querido regresar a la costumbre de también usarla en esta celebración. Es signo, no solo de nuestros grados y saberes, sino de que todos ellos juntos forman el contenido del conocimiento integral y coherente que queremos transmitir, pero, al mismo tiempo, de que ninguno de ellos está completo si falta la fe, si enseñamos o vivimos sin esperanza o si entre nosotros falta la caridad. Es la afirmación de nuestra misión de educar, “según los valores del Evangelio, en las disciplinas del conocimiento científico actualizado para construir un mejor mundo local y global.” Así fomentamos la enseñanza de las diversas disciplinas, enmarcadas en el sentido cristiano de la vida, guardando el debido respeto a la libertad de la enseñanza y de la investigación, en franco diálogo con la fe. Precisamente, la Iglesia nos señala hoy un modelo extraordinario de esa integración de los conocimientos humanos con los teológicos, al celebrar la fiesta de San Agustín.

Este año inicia con buenas noticias para nuestra Universidad. Primeramente, contrario a lo que está ocurriendo en la mayoría de las instituciones del país, en La Católica tenemos más estudiantes que el año pasado, alcanzando una tasa de retención sistémica del 90% y de 91% en este recinto de Ponce. Aun cuando sabemos que todavía falta mucho por hacer, esto implica un incremento de trece puntos porcentuales en un periodo de tres años. Esto es el resultado del empeño y esfuerzo que cada uno de ustedes pone en servir a nuestros estudiantes, tanto en el salón de clases como en cada una de sus demás experiencias universitarias.

Abrimos el nuevo edificio de laboratorios de ciencias, conscientes de que no todo está finalizado, pero seguros de que mudarnos era la única manera de acelerar el final del proyecto. Esta inversión de cerca de $13 millones de dólares, pone nuestra infraestructura de laboratorios a la vanguardia de los parámetros para instituciones como la nuestra, incluso por encima de algunas escuelas especializadas. Por otro lado, la cohorte 2023 de nuestra Escuela de Derecho, alcanzó el 80% de pase de reválida, superando significativamente el 75% que exige el estándar de acreditación. Durante el verano se recibieron las cartas de acreditación de los programas de Bachillerato y Maestría en Trabajo Social para los tres recintos, por el periodo máximo hasta el 2032. Se subastaron los trabajos de mejoras generales a los edificios y estacionamientos del campus de Mayagüez y de los sellados de techo del recinto de Ponce. Estos últimos comienzan la semana que viene con el teatro Mons. Vicente Murga y se estarán realizando en los distintos edificios del recinto. Están próximas a concluirse las nuevas oficinas de Asistencia Económica en el edificio San Juan Bautista y las antiguas residencias de varones San Pedro y Santa Catalina. Una vez estas dos se terminen, podremos comenzar a trabajar las residencias de damas. La semana que viene regresa a nuestra Universidad el equipo de investigadores de Yale para continuar los diálogos para el establecimiento de un centro conjunto de investigación. Asimismo, nos integramos con AARP y el municipio de Ponce, para apoyar los esfuerzos para una ciudad más inclusiva y habitable para nuestros adultos mayores. Acaba de salir la primera publicación internacional arbitrada producto de la colaboración entre el Lehman College y la Escuela de Cuidadores de Adultos Mayores del Colegio de Ciencias de la Conducta y Asuntos de la Comunidad. Asimismo, este próximo sábado será la apertura formal de la exhibición Surcos, colectiva de 92 obras de profesores y exalumnos de nuestro programa de Bellas Artes en el Museo del recinto de Mayagüez de la UPR, primera colaboración interuniversitaria de este tipo.

Sabemos que el panorama externo sigue siendo complejo y podría tener consecuencias directas sobre nosotros. Primero fueron las amenazas a las becas Pell, la culminación de los préstamos Plus, cancelación de propuestas dirigidas a minorías y, ahora, la posible eliminación de los programas de Título V que benefician a las universidades hispanas. Como hasta ahora, iremos tomando medidas para buscar reducir el impacto de estas y otras acciones, levantando nuestra voz y compartiendo esta preocupación en todos los espacios posibles, como fue el foro de ayer con el comisionado residente.

El tema de las tarifas y aranceles nos ha comenzado a afectar directamente. El retraso en la disponibilidad de piezas de remplazo para sistemas de infraestructura se debe en gran medida a que los suplidores no quieren traerlas hasta no tener un cliente seguro y así no cargar con el precio de las tarifas o los impuestos sobre inventarios. Ejemplo de ello son los compresores de la Escuela de Arquitectura que se habían ordenado desde marzo y llegaron ayer. En cuanto corresponde a nosotros por aquellos asuntos que no se han atendido adecuadamente, mis más sinceras excusas, pero, ante todo, gracias a todos ustedes por su paciencia y diligencia.

No hay duda tampoco de que el ataque sistemático al sistema democrático, a las libertades individuales, al estado de derecho y a la dignidad de toda persona va haciendo mella en nuestro ánimo y en el entorno social general. Lo mismo ocurre con los niveles de violencia recrecidos que experimentamos todos los días. Otros temas importantes requirieren que miremos con detenimiento nuestra oferta y continuemos con la actualización curricular, como son la ecología integral, la inteligencia artificial y otras áreas determinantes para el perfil de nuestros egresados respondiendo a las nuevas realidades laborales.

Frente a ello, estamos llamados a ser faro de esperanza, espacio de anuncio y denuncia frente a todo y ante todo donde sea necesario, reserva moral y constructores de un modelo de sociedad y de persona que sepa hacer frente a todas estas realidades. Nuestra apuesta a los valores y principios, a la calidad educativa, al humanismo integral cristiano, tiene que ser la fuerza de cohesión de nuestra comunidad, sabiendo, como nos decía San Agustín, que la regla más importante es el amor, si de verdad queremos transformar el mundo. Los invito a que caminemos unidos, sustituyendo la sospecha por la solidaridad y el desánimo por la esperanza, asumiendo cada uno el rol que le toca en esta tarea.

Como presidente de la Universidad le doy la bienvenida a cada uno al nuevo semestre. Les agradezco por seguir creyendo y confiando en nuestra Universidad y por todo lo que sé que seguiremos aportando para luchar y vencer con ella. A nombre de todos, pongo estas intenciones sobre el altar, contando con la intercesión maternal de Santa María, trono de la Sabiduría.

¡A luchar, Pioneros, adelante, a vencer con la Universidad!

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