México en Puerto Rico

Pionero se gradúa y comparte su historia de superación fuera de su país.

¡Lo logró!

Edgar Iván Pérez Ruiz tiene 34 años.  Nació en la ciudad de Lázaro Cárdenas, en el estado de Michoacán, México y es padre de tres niños.  Su logro lo celebra por todo lo alto.  Recibió el grado de Maestría en Trabajo social Clínico de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico el pasado 13 de junio.

Su orgullo y emoción toman una vibra especial, más aún cuando repasa sus recuerdos en Puerto Rico,  cómo llegó y las peripecias que vivió por la pérdida de su madre los pasados años.

Edgar junto a sus compañeros Pioneros celebran su graduación.

 

“Yo llegué a Puerto Rico en agosto de 2010 por medio de la Orden de los Padres Escolapios.  Para ese tiempo era religioso de votos simples (seminarista) y llegué a esta Isla para continuar mi formación con miras a ser sacerdote.  Pero, después de 6 años llegué a la conclusión que tenía un llamado hacia la vida matrimonial y familiar.  Es cuando decido seguir mi camino en la vida laical”, explicó el joven.

Según dijo,  luego de casarse, su madre lo visitó en Puerto Rico para conocer también a su primer nieto Lucas Elías.  Esa fue la última vez que la vió.   “En diciembre de 2014 mi madre llegó a visitarme.  Al regresar a México enfrentó problemas de salud y la operaron.  El 11 de mayo de 2015 falleció de cáncer. Difícil por demás su partida, ya que no pude asistir a su funeral debido a mi trámite de residencia de ciudadanía.  Ella me dijo “Mijo no vengas, ya no hay nada que hacer, quédate con tu familia para que los cuides y no arriesgues tu proceso”. Dentro de todo el dolor por su partida le sumo que fue ahí que comenzaron mis dificultades económicas.  No podía trabajar por mi estatus migratorio y sin la ayuda económica de mi mamá para costear mis estudios pues no sabía qué hacer. Me arraigué al positivismo y al amor y apoyo incondicional de mi familia y decidí arriesgarme a pedir trabajo en un colegio. Se me dio la oportunidad de ejercer como maestro de música y decidí comenzar mi Maestría en Trabajo Social Clínico”.

Es así cuando retoma sus estudios.  “No estudiaba hacía mucho tiempo, desde la escuela superior, porque en México no dan becas como aquí.  Sin embargo, en mi interior siempre hubo un deseo de seguir estudiando.  Aquí, en La Católica, destaco la calidad humana de los profesores quienes me apoyaron en el proceso.  Los valores que reafirmaron en mí son de gran ayuda para desenvolverme en la vida laboral”, expresó a Huellas del Futuro.

En su mensaje dijo “A los jóvenes me gustaría decirles que en esta vida todo es posible, que, así como a mí me pasó, es decir después de ocho años, nunca dejen vencer sus sueños, nunca es tarde para estudiar. La vida y Dios siempre abren puertas y es necesario estar conectados,  sobre todo, estar enfocados en lo que realmente deseen”.

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