Los magos de oriente: figuras nobles y respetadas

Melchor, Gaspar y Baltasar llegan desde oriente a celebrar la Epifanía del Señor.

Por: Celimer M. Torres

Los Reyes Magos son figuras muy populares que forman parte importante de las tradiciones y de la cultura puertorriqueñas. Tanto es así que cada 5 de enero los niños de la Isla preparan su cartita con la lista de regalos que desean que les traigan los Reyes y adornan una cajita de zapatos para llenarla de grama para los camellos de los Reyes.    La tradición de celebrar la Epifanía pasó a Occidente a mediados del siglo IV, a través de lo que hoy se conoce como  Francia.  A Puerto Rico llega a través de la relación de la Isla con España.  Se festeja a los Santos Reyes en la gran mayoría de los países católicos el día 6 de enero.

Los Santos Reyes, formaron parte del acontecimiento del Nacimiento del Niño Jesús, lo conocieron personalmente después de haber seguido la estrella que les indicaba el camino.

Los Santos Reyes, formaron parte del acontecimiento del Nacimiento del Niño Jesús, lo conocieron personalmente después de haber seguido la estrella que les indicaba el camino.

Varios expertos de teología entrevistados por Huellas del Futuro coinicideron en que los Reyes, en realidad, son personajes bíblicos. Esto se puede ver en el Evangelio de San Mateo (2, 1 y 11): “Habiendo, pues, Jesús nacido en Belén de Judá, reinando Herodes, he aquí que unos magos vinieron del Oriente a Jerusalén… Y entrando en la casa hallaron al niño con María, su madre, y postrándose lo adoraron; y abiertos sus cofres le ofrecieron presentes de oro, incienso y mirra”.  El significado de estos regalos es muy significativo. El oro, que se les daba a los Reyes significa que Jesús ha venido de parte de Dios, como rey del mundo, para traer la justicia y la paz a todos los pueblos. El incienso que se le da a Dios, ya que Jesús es el hijo de Dios hecho hombre y la mirra que se untaba a los hombres escogidos, ya que adoraron a Jesús como Hombre entre los hombres.

En el Evangelio de San Mateo, se les llama “magos”. Aparecen como figuras nobles y respetadas, cuyos talentos esotéricos se utilizan al servicio de la Verdad y de Dios. Aunque el evangelio no da los nombres,  la tradición que se remonta a los primeros siglos de cristiandad  ha conservado los nombres: Melchor, Gaspar y Baltasar. La leyenda dice que uno era rubio, otro blanco y otro negro.

Los Santos Reyes, formaron parte del acontecimiento del Nacimiento del Niño Jesús, lo conocieron personalmente después de haber seguido la estrella que les indicaba el camino. Lo adoraron y le llevaron presentes, conociendo también a María, su madre, y, a José. Es por esto que el verdadero nombre de esta fiesta es la Epifanía del Señor. Epifanía en griego significa manifestación, pues Dios, se manifiesta a todas las gentes en los magos venidos de Oriente.
En la Epifanía Dios quiere la felicidad del mundo entero. Él ama a cada uno de los hombres, y ha venido a salvar a todos los hombres, sin importar su nacionalidad, su color o su raza.
Es un día de alegría y agradecimiento porque al ver la luz del Evangelio, salimos al encuentro de Jesús, lo encontramos y le rendimos nuestra adoración como lo hicieron los Magos.

Como Católicos se debe aprovechar la Epifanía, pues con ella  se celebra el amor de Dios que se revela a todos los hombres. Esta fiesta sirve para  reflexionar en una de las enseñanzas que los “magos” han dejado: Los Reyes Magos tuvieron fe en Dios. Creyeron aunque no veían, aunque no entendían. Quizá ellos pensaban encontrar a Dios en un palacio, lleno de riquezas y no fue así, sino que lo encontraron en un pesebre y así lo adoraron y le entregaron sus regalos. Ellos enseñan la importancia de estar siempre pendientes de los signos de Dios para reconocerlos.

 

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