“La propuesta de futuro tiene que estar cimentada en nuestra identidad y misión”

Mensaje del presidente para el inicio del segundo semestre 2022-2023 y la celebración  del 75 aniversario de  la Universidad

 

Iniciamos el segundo semestre del año académico 2022-2023 con ilusión y esperanza dentro de un contexto de grandes desafíos locales e internacionales. El año 2023 será particularmente importante para nuestra Universidad… celebraremos el 75 aniversario de su fundación en 1948. En su inicio se llamó Universidad Católica Santa María, más tarde cambió su nombre a Universidad Católica de Puerto Rico y, al otorgarle el reconocimiento como universidad pontificia, cambió su nombre a Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico.

En el marco de esta celebración enfatizaremos la identidad y misión de nuestra Universidad. La propuesta de futuro tiene que estar cimentada en nuestra identidad y misión. Recientemente, el cardenal José Tolentino de Mendonza, prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación, en una actividad de la Federación Internacional de Universidades Católicas planteó las cuatro claves que deben regir a las universidades católicas y recordó al papa Francisco cuando dijo “La educación es un acto de esperanza que, desde el presente, mira al futuro”. ¿Y cuáles son estas cuatro claves que propone para avanzar firmemente hacia el futuro? Identidad, misión, diálogo y pastoral universitaria.

Veamos lo que plantea sobre la identidad.  Enfatizó, “[…]sin ella, la universidad se alejaría de la misión de educar, a ejemplo de Jesús, el Maestro, y se convertiría en una fábrica de títulos profesionales”. La Constitución Apostólica Ex Corde Ecclesiae sobre las universidades católicas en el numeral 13 nos recuerda la identidad de nuestra Universidad:

  1. Puesto que el objetivo de una Universidad Católica es el de garantizar de forma institucional una presencia cristiana en el mundo universitario frente a los grandes problemas de la sociedad y de la cultura, ella debe poseer, en cuanto católica, las características esenciales siguientes:
  1. una inspiración cristiana por parte, no solo de cada miembro, sino también de la comunidad universitaria como tal;
  2. una reflexión continua a la luz de la fe católica, sobre el creciente tesoro del saber humano, al que trata de ofrecer una contribución con las propias investigaciones;
  3. la fidelidad al mensaje cristiano tal como es presentado por la Iglesia;
  4. el esfuerzo institucional al servicio del pueblo de Dios y de la familia humana en su itinerario hacia aquel objetivo trascendente que da sentido a la vida.

El cardenal Tolentino alertó sobre los peligros que fracturan la identidad a los cuales se enfrentan las universidades católicas

  1. Una tentación que quebranta la identidad es la autopreservación de la institución, es decir, esa introversión excesiva que paraliza el dinamismo educativo, dándole la espalda a la realidad. La autopreservación nos convierte en funcionarios de la educación, en perjuicio de la acción evangelizadora de la Universidad, hasta el punto de multiplicar la distancia entre los profesores y los alumnos, entre los mismos profesores, entre los propios alumnos, y entre la Institución, la Iglesia y la sociedad. Es decir, desaparecen las obras y los gestos de la vida cotidiana, con lo que dejamos de sentirnos hermanos.
  2. Otra tentación que perjudica a la identidad es la autorreferencialidad. En el caso de la universidades católicas, se es autorreferente cuando en el fondo sólo se confía en las propias fuerzas y se experimenta, como Institución, una cierta superioridad.

La segunda clave es la misión. Enfatiza el cardenal Tolentino “Una institución educativa católica debe evitar la aspiración de convertirse en una parroquia o en un grupo de devoción”. Ex Corde Ecclesiae nos dice sobre la misión en el numeral 14:

A la luz de estas cuatro características, es evidente que además de la enseñanza, de la investigación y de    los servicios comunes a todas las universidades, una Universidad Católica, por compromiso institucional,  aporta también a su tarea la inspiración y la luz del mensaje cristiano. En una Universidad Católica, por    tanto, los ideales, las actitudes y los principios católicos penetran y conforman las actividades                      universitarias según la naturaleza y la autonomía propias de tales actividades. En una palabra, siendo al mismo tiempo Universidad y Católica, ella debe ser simultáneamente una comunidad de estudiosos, que representan diversos campos del saber humano, y una institución académica, en la que el catolicismo está presente de manera vital.

Enfatiza Ex Corde Ecclesiae “En una Universidad Católica la investigación abarca necesariamente: a) la consecución de una integración del saber; b) el diálogo entre fe y razón; c) una preocupación ética y d) una perspectiva teológica”.

Junto a la identidad y misión el cardenal Tolentino resalta el diálogo como un elemento central de una universidad católica.  Escuchemos:

Las instituciones educativas católicas, por su naturaleza eclesial, están llamadas a compartir el diálogo como un elemento constitutivo de su identidad. En otras palabras, invitadas a practicar la gramática del diálogo, no como un expediente tecnicista, sino como modalidad profunda de relación, como expresión de sinodalidad. Las comunidades educativas católicas no pueden ser, si no son sinodales. Deben permitir que la persona se exprese y crezca humanamente en un proceso de relación dialógica, interactuando de manera constructiva, ejercitando el respeto, comprendiendo los diferentes puntos de vista, creando confianza en un ambiente de auténtica armonía.

Resulta muy interesante el énfasis que el cardenal Tolentino pone en la cuarta clave …la Pastoral Universitaria. Veamos  lo que nos dice:

Sea como sea, sería laudable que nuestras Universidades propiciaran e impulsaran una pastoral renovada, que encarne la fe, a través de las actividades diarias, con momentos significativos para la oración, la reflexión y la profundización cultural. La pastoral debe tener en cuenta que un rasgo característico de los jóvenes de hoy es el compromiso social. El voluntariado es una escuela de vida dentro de la propia escuela.

Al enfatizar la importancia de la Pastoral Universitaria nos trae a la atención al papa Francisco en su Exhortación Apostólica Postsinodal Christus vivit cuando dijo:

Hay muchos jóvenes dispuestos a comprometerse con iniciativas de voluntariado, ciudadanía activa y solidaridad social, que hay que acompañar y alentar para que emerjan los talentos, las competencias y la creatividad de los jóvenes y para incentivarles a asumir responsabilidades. El compromiso social y el contacto directo con los pobres siguen siendo una ocasión fundamental para descubrir o profundizar la fe y discernir la propia vocación.

Finalmente, el cardenal Tolentino nos recuerda la importancia de la dimensión cultural en la Pastoral Universitaria:

Otro elemento importante que debemos tener presente e intensificar es la dimensión cultural. La disposición tomada por el Papa Francisco con la creación de un nuevo dicasterio donde la cultura y la educación están juntas es un desafío al que deberemos responder juntos, buscando más sinergias, corriendo más riesgos.

Querida comunidad universitaria, en este año 2023…año del 75 Aniversario los invito a reflexionar sobre nuestra identidad y misión y qué hacemos para fomentar el diálogo y  para fortalecer nuestra Pastoral Universitaria.

 

 

 

 

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