“La Católica fue una maestra de la vida”
Pioneros vencen retos y logran cumplir sus sueños
“Graduarme de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, ante los grandes retos, me hizo reflexionar sobre la trayectoria. Pensar que en momentos pones en duda si realmente vale la pena. Pero siempre que te encuentras con tu visión y misión de vida, la duda se desvanece”, así reaccionó el Pionero Sanir Suárez Díaz, graduado del programa combinado de Terapia y Patología del Habla-Lenguaje del Colegio de Educación de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico.
Sanir Suárez se destacó por su excelencia académica, pero también por su servicio a la comunidad. La profesora María Sierra del Colegio de Educación indicó “Desde muy joven, Sanir ha mostrado un compromiso inquebrantable con su comunidad. Ha estado activamente involucrado en revitalizar su vecindario, donde asumió la presidencia de la junta comunitaria que estuvo inactiva durante mucho tiempo. Ha ayudado a niños de su comunidad al liderar esfuerzos de limpieza comunitaria, ha organizado actividades para ellos, como torneos de baloncesto y voleibol y ha fomentado la educación y el desarrollo infantil. Ha implementado proyectos de jardinería, plantando árboles y reutilizando materiales reciclados para crear espacios verdes. Sus acciones, aunque sencillas, han tenido un impacto significativo en la revitalización de su comunidad y en la mejora de la calidad de vida de sus residentes”.
El joven indicó “La Católica fue una maestra de la vida. Durante el transcurso de mis estudios agarré herramientas prácticas para la labor comunitaria. Y, a través de mis profesoras, encontré la belleza de servir a los demás. La educación sin amor no sirve de nada, cuando quieres el bienestar para la humanidad”.
En el Colegio de Educación la Pionera Migdalia Marrero Lugo también es un ejemplo de resiliencia y determinación. A sus 56 años había completado cursos en panadería, repostería, secretariado y en líneas aéreas, sin embargo, dejó de estudiar para poder dedicarse a la crianza de sus hijos. “Luego de trabajar por 20 años se dio la oportunidad para retomar sus estudios universitarios en el Colegio de Educación. Ha pasado por momentos de gran adversidad, tanto en el ámbito personal como familiar. Ha tenido que lidiar con problemas económicos, enfermedades y momentos de falta de fe, situaciones que muchas veces la dejaron sintiéndose sin fuerzas. Sin embargo, su firmeza, coraje y perseverancia la llevaron a sobreponerse a estas pruebas. Migdalia menciona cómo ha dudado de su capacidad para mantener un hogar, terminar sus estudios y alcanzar sus metas, especialmente cuando enfrentaba comentarios desalentadores que le decían que no podía lograrlo o que ya era demasiado mayor para intentarlo. A pesar de esto, su espíritu resiliente la impulsó a seguir adelante”, dijo su profesora Miriam Pacheco.