La Católica comprometida con la reforestación

Diversos esfuerzos continúan para la conservación del ambiente

Desde el paso del huracán María, el cual destruyó una parte significativa de la flora distintiva de nuestro campus de Ponce, la Pontificia Universidad Católica ha estado comprometida con la reforestación de sus tres recintos. Cerca de 500 árboles se han sembrado a lo largo de estos cinco años en espacios como el “Bosque de las Naciones” en Ponce o los “Bosques de San José” en Ponce, Arecibo y Mayagüez. A pesar de los esfuerzos por salvar los árboles que sobrevivieron a María y a los terremotos, durante este tiempo hemos tenido situaciones adversas debido a la inestabilidad de muchos de ellos o al hecho de que no se recuperaran adecuadamente. Algunas de estas situaciones han provocado, incluso, daños a propiedad privada y a personas de la comunidad.

Tras el paso de Fiona, nuevamente nuestra arboleda se vio afectada y provocó daños y riesgos adicionales de seguridad física, personal y operacional de la Universidad, particularmente en el recinto de Ponce. Esto, no solo debido a las ramas que cayeron o se partieron provocando la rotura de verjas, lámparas, postes, caída del tendido eléctrico o ruptura en la fibra óptica de telecomunicaciones en algunos lugares, sino también otros riesgos a la propiedad y equipo esencial, empleados, estudiantes y visitantes. Por esta razón, fue necesario evaluar cada situación e intervenir mediante poda en algunos casos y corte en otros, según fuera el caso”, señaló el ingeniero Armando Rodríguez, director de la Oficina de Infraestructura y Conservación.

El vicepresidente de Asuntos Administrativos, licenciado José A. Frontera Agenjo, indicó: “En La Católica siempre nos hemos preciado de nuestra arboleda y de lo que representa para la ciudad de Ponce, como un pulmón en el centro urbano. Nuestros proyectos de construcción y desarrollo siempre han tenido como meta la mayor conservación posible, como lo demuestran el teatro Mons. Vicente Murga y el Teatro Experimental, o las siembras de nuevos espacios para la conservación. Lamentamos los efectos que ha provocado el huracán y hemos trabajo siendo estrictos con que la seguridad personal y operacional de la comunidad universitaria sea la razón exclusiva por la que se interviene con los árboles afectados. Hace unos meses comenzamos a planificar un nuevo esfuerzo de reforestación que se hace ahora más apremiante”.

El proyecto al que hace referencia el licenciado Frontera se da en el marco de una iniciativa para dotar a los recintos de fuentes de energía renovable, particularmente con placas solares, el soterrado del sistema eléctrico y de telecomunicaciones y la siembra planificada de árboles autóctonos que se ajusten al entorno del campus y a las condiciones climáticas. “Para este esfuerzo contaremos, sin lugar a dudas, con el apoyo y peritaje de nuestros profesores de Ciencias, varios de los cuales son especialistas en estos temas”, añadió Frontera Agenjo.

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