“Estudiar Filosofía es una experiencia de encuentro”
El Pionero Delbert Alvarado Franceschini comparte su historia al finalizar sus estudios en Filosofía.
Buscar darles respuestas a sus interrogantes de la vida, cuestionar sus realidades, y descubrir el sentido de lo que ocurre a su alrededor fue lo que motivó al Pionero Delbert Alvarado Franceschini a estudiar Filosofía en la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico.
“Mi pasión por este campo la experimenté por primera vez en uno de los cursos obligatorios que todos los estudiantes deben tomar. En el salón Valdés 102 me topé con preguntas que iban más allá de lo que se pudiera encontrar en un libro de ciencias: era la clase de Antropología Filosófica con el Dr. Fabrizio Acciaro. Durante los primeros días reflexionamos sobre los textos de literatos e incluso sobre las experiencias de colegas en momentos que marcaron para siempre su historia personal. En este curso descubrí que las preguntas que me hacía desde pequeño no eran para nada extrañas para los que estudian esta disciplina”, relató a Huellas del Futuro.
Continuó diciendo “Antes de estar en La Católica andaba completamente perdido y sin ningún camino claro por el cual optar. No tenía posiciones claras sobre los asuntos contemporáneos que se discuten cada día en los encuentros con familiares y amigos. No veía posibilidades de continuar con mi vida puesto que no contaba con algo que pudiera darle respuesta o sentido a mi historia. Al ingresar a La Católica, me encuentro con otros que han tenido experiencias y pasiones similares que van más allá de obtener un trabajo y remuneración por lo que estudian. La pasión por lo que estudiamos está motivada por una búsqueda incesante por darle el sentido a este mundo que nos tocó vivir. Este mundo no es perfecto, mas tampoco es el que queremos. Deseamos, anhelamos y soñamos con construir un mundo más justo, puesto que sentimos y hemos visto una verdad muy fuerte y más grande que nosotros. En fin, luego de La Católica me lanzó al mundo para amarlo, para transformarlo, para cuidarlo”.
Y así Delbert, natural de Ponce, finalizó este año su travesía en La Católica como estudiante de Filosofía. Para él, esa búsqueda está enmarcada en la realidad que vivimos como pueblo.
“Descubrí en la Filosofía un espacio libre para la interpretación personal de la realidad que me rodeaba. Con la filosofía, me enamoré más del conocimiento de las artes y de las humanidades que al final buscan darles respuestas a las interrogantes que hostigan al hombre. Estudiar Filosofía no era una obligación, era concretamente una experiencia de encuentro con mi yo, mi yo verdadero que he dejado a un lado por las exigencias de un mundo que cada vez te obliga a dejar a un lado las preguntas que al final valen la pena: ¿quién soy yo?, ¿porqué estoy aquí?, ¿qué es la vida?, ¿qué es la verdad?, ¿qué es el bien?, ¿qué es la belleza?, ¿qué puedo conocer?, ¿qué debo hacer?, ¿por qué existe algo y no más bien nada?, ¿qué es el hombre? En fin, la Filosofía me enseñó a cuestionar las cosas, y a no tomar todo tal como me lo presentan. Me mostró que la experiencia personal es un camino singular que todos realizan, y no hay razón para juzgar el camino particular de cada uno. En efecto, me enseñó a valorar las historias de cada persona que me encuentro en mi vida, porque al final de todo, algo de la verdad han visto y vivido – ¡y quiero conocerlo!”.
En su afán de ser líder universitario, el joven Pionero también estuvo al mando de la Asociación de Estudiantes de Filosofía. “En la Universidad tuve la oportunidad de reorganizar la Asociación de Estudiantes de Filosofía con la visión de promover la disciplina como una que cualquiera pudiera beneficiarse de ella. De manera más concreta, organicé junto con varios profesores y con el apoyo del director de Departamento y del decano, la Primera Jornada Filosófica que versó sobre las posibilidades que presentan los transhumanistas respecto a la condición humana. La realización de esta actividad nace de la firme convicción y deseo de integrar más la participación estudiantil en todos los ámbitos de la Universidad, porque simplemente somos la razón por la cual una universidad es una universidad”.
Delbert Alvarado Franceschini ahora quiere compartir su historia de superación para que jóvenes que, igual que él enfrentaron dificultades en la vida, se levanten y vean el otro ángulo visor. “Mi vida universitaria no fue fácil. Muchas veces tuve que decidir entre llenar el tanque de gasolina de mi carro y comprar algo de comer. Sí, soy de los estudiantes que pasaba hambre y tomaba café y agua para calmarla. Algunas veces no podía pagar a tiempo mi hospedaje y me veía viviendo con varios amigos cuando no me daba el dinero para pagarlo. En una ocasión pensé e intenté dejar los estudios para dedicarme a trabajar en los EE.UU. En ese momento, mis amigos fueron mi apoyo económico, puesto que el apoyo familiar no estaba presente. Por tanto, a todos aquellos que inician o se encuentran en la vida universitaria: recuerda por qué estás en la universidad. Nunca olvidaré estas palabras de quien ha sido mi profesor, mentor y que se ha convertido en amigo, Fabrizio Acciaro: ‘Si algo parece fatigoso, es porque no se le ha encontrado el sentido’. Por tanto, búscale un sentido pleno y grande a lo que estudias. Descubre tu yo verdadero y permite que él te dicte el sentido por el cual estudias lo que estudias. Busca ayuda, alguien que te acompañe no solo en tu camino académico, sino también el personal: como lo fue para mi el Prof. Acciaro. Con él me dedicaba a hablar no solo cosas teóricas de la clase, sino de mi propia historia. Personas como él, te servirán de apoyo en los momentos en los que la fatiga parezca que vence el sentido que le has dado a lo que estudias”.
El ahora graduando de Filosofía de La Católica también admitió que le apasiona mucho la lectura y es el mayor de sus pasatiempos.