Epifanía: búsqueda, encuentro, transformación
“La fiesta de la Epifanía del Señor tiene un gran arraigo entre los puertorriqueños”
Por: padre Arnaldo Ortiz Dominicci, capellán de la PUCPR
La fiesta de la Epifanía del Señor tiene un gran arraigo entre los puertorriqueños. Quizás por este tono de misterio que envuelve a estos tres sabios de oriente. Es poco lo que conocemos de ellos, pero lo suficiente como para parecernos admirables. Se ponen en camino porque han visto en el cielo que contemplaban algo distinto, ¿y si era la respuesta a sus inquietudes? No lo dudan, emprenden el viaje, buscan, son inquietos. ¿No es esto lo que ha de caracterizar a los jóvenes? Y lo hacen juntos, porque el camino de la vida se comparte.
Resulta interesante que la respuesta que reciben no parece ser la más admirable: ‘un niño envuelto en pañales y recostado en un pesebre'(Lc 2,12). Y he aquí lo propio del auténtico buscador: acoge el don tal como viene, no como se lo imagina. Descubren en la fragilidad la fuerza de un Dios que nos ama tanto que se ha hecho uno de nosotros. Se postran y adoran, rinden ante Él todo su ser.
¿Terminó todo ahí? No, hacen el retorno por otro camino, no desean volver a la falsedad de Herodes, ni a sus vidas estancadas. Hay en ellos una auténtica conversión, el cambio interior le cambia la vida, les transforma. Que nos ayuden los Magos de Oriente a buscar, adorar y transformar nuestras vidas desde la luz resplandeciente del Emmanuel, el Dios con nosotros.