El aljamiado y la cultura árabe en España

El Departamento de Estudios Hispánicos ofreció el taller sobre el lenguaje aljamiado.

Por: Profa. María I. Chaparro

¿Sabías que más de 10,000 palabras del español proceden del árabe? Palabras como carcajada, borracho, loco, chancleta, aceite, toronja, naranja, ajedrez, matres, azahar, macabro, gárgaras y muchísimas más se incorporaron al castellano durante los ocho siglos en que los árabes convivieron con los cristianos en el sur de España. De esas palabras, de la cultura árabe y de la literatura aljamiada, que surgió después de la Reconquista, nos habló, como parte de las actividades del Departamento de Estudios Hispánicos,  el viernes 27 de septiembre del año en curso, la Dra. María Teresa Narváez, especialista en árabe y estudiosa del aljamiado.

Dice que, después de que los cristianos ganaron la guerra, en España se prohibió el árabe; estaba vedado leerlo, hablarlo, escribirlo y tener nombres árabes. Para este pueblo su lengua es sagrada, pues es la lengua en que Dios les dio el Corán. Ante el riesgo de perder su vernáculo, su religión y su cultura, los moriscos o moros -árabes establecidos en España- se ingeniaron una manera de continuar practicando su religión clandestinamente.  Las autoridades los obligaban a bautizarse y a practicar el cristianismo; sin embargo, en la privacidad de sus hogares, los moros practicaban su religión, estudiaban el alfabeto árabe y transcribían textos, en su mayoría de carácter religioso, con el fin de preservar su fe y salvaguardar su identidad. Estos documentos los escondían en huecos en las paredes o en falsos pisos. Al demoler muchos edificios antiguos del sur de España se encontraron textos que dan fe de la constancia de este pueblo por mantenerse fiel a sus creencias y a sus raíces.

Los documentos descubiertos desde los siglos XVIII al XX,  que constituyen la literatura aljamiada,  según la Dra. Narváez, están escritos usando el alfabeto árabe.  Sin embargo, la mayoría de sus palabras son en castellano, pues, debido a la prohibición de hablar árabe, los descendientes de los moros desconocían esa lengua o tenían un conocimiento muy rudimentario de ella. Aparte de textos religiosos los hay de magia, astrología, recetas médicas, cuentos y novelas, obras de carácter testimonial, diarios de viaje; no obstante, el grueso de la producción es de carácter religioso. Todos los documentos son manuscritos, probablemente redactados en el siglo XVI, en español antiguo.  No hay nada impreso porque si  los descubrían podían ser denunciados a la Inquisición. No es hasta el siglo XIX que comienzan a estudiarse formalmente estos manuscritos. Algunas de las instituciones que se ocupan de desentrañar estos textos aljamiados están en Madrid y Zaragoza en España y en la Universidad de Cambridge en Inglaterra.

En cuanto a la cultura árabe,  ella  destacó el carácter enfático de la lengua,  pues se deben decir las cosas por lo menos tres veces antes de que alguien pueda creérselas a quien las dice.  Cuando un árabe se divorcia, debe repudiar a su esposa tres veces para que sea válido. Asimismo, bendecir y maldecir son actos típicos de esta cultura, así como el pensamiento fatalista de entregarse a la voluntad de Dios.

Profesores y estudiantes del Colegio de Artes y Humanidades de la PUCPR disfrutaron de la conferencia-taller ofrecida por esta especialista y profesora de la Universidad de Puerto Rico del Recinto de Río Piedras, en la que aprendieron a traducir algunos textos, y, además, a escribir sus nombres con el alfabeto árabe.

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