Suenan armonías en honor a Padre Abel Di Marco

Con sus mejores talentos, músicos le dan el último adiós a uno de los grandes maestros de la música.


El pentagrama de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico presentó las más especiales notas musicales que rememoró la gesta de uno de los grandes maestros musicales.  Mons. Abel Di Marco tomó nueva morada, pero su legado marcó profundas huellas en Puerto Rico, en la PUCPR y en el mundo.

“Padre Di Marco fue una institución reconocido internacionalmente por las tantas obras sacras y arreglos musicales.  A través de su gesta, la PUCPR se reconoció en el mundo.  Contribuyó en la formación de la música y deja una huella imborrable”, expresó el presidente interino de la PUCPR, Dr. Leandro Colón Alicea.

Natural de Argentina, Mons. Abel Aníbal Di Marco realizó estudios musicales en su país de origen, formándose en Teoría Musical, Piano, Órgano, Canto Gregoriano, Técnicas Corales, Armonía Tradicional y Contemporánea, Contrapunto y Fuga, y Composición. Llegó a Puerto Rico en la década del 70 y por más de dos décadas dirigió el coro de la PUCPR.   En la década de los 80 promovió la creación del programa de Música de la Universidad.

Para el Padre Di Marco era el eje motriz del Departamento de Música en la PUCPR.  Cuando él llega en el 73 el Coro estaba desorganizado.  Fue un genio musical.  Tenía un don especial para la música.  Cuando comenzó la transformación de componer de manera digital encuentra un programa de computadora.  Aunque era en inglés y no lo manejaba, lo dominó.  Como genio descifró el programa tan espectacular que hasta creó elementos para añadirle al programa.  Una sinalefa, es decir cando tienes dos sílabas para una nota hay una unión en la música escrita, el lo diseñó para el programa”.

En la década de los 90 fue declarado profesor emérito de la PUCPR.  Su legado inspiró a muchos.

“Lo más que recuerdo de él es su pasión por la música.  Era una pasión tranquila porque le gustaba la música pura.  Siempre nos enseñó que si querías ser buen músico tenías que saber las técnicas”, recordó el profesor de música, Hugo Adames, quien fue su estudiante y ahora dirige el Coro de la PUCPR.

La coordinadora del Programa de Música, profesora Zoriel Rodríguez se hizo eco de estas expresiones.  “Siempre fue muy buen educador.  El trataba que entendiéramos la parte técnica de la música, pero que siempre tuviéramos claro esa pasión.  Es decir, era enfático en componer, hacer música interpretarla y transmitirla.   Lo hacía dando el ejemplo”.

Fue director del coro del Seminario Mayor de La Plata, Buenos Aires, del Coro de la Catedral de Ponce y del conjunto vocal “Ars Antiqua” en la PUCPR. Además, fue fundador y director del Conjunto “Pro Música” en Argentina, de la Agrupación “Ars” y “Ars Nova” en Puerto Rico. Compuso 50 tomos de música vocal y desarrolló 4 tomos de arreglos, también para coros. Escribió 2 Sinfonías y 1 Suite para orquesta de cámara.

Entre sus obras más reconocidas se encuentra el Salmo 21 para solista, recitante, coro y orquesta, que fue seleccionado para el Festival de Música Contemporánea de Varsovia, Polonia. Otras de sus obras más re-nombradas son las “Variaciones Sinfónicas sobre un tema Puertorriqueño” y “Fantasía”.

En septiembre de 2015 dos de sus obras fueron seleccionadas para ser interpretadas en la Catedral de San Patricio en Nueva York, durante la misa que ofició el Papa Francisco en su visita a los Estados Unidos ese año.

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