Homilía ofrecida en Misa durante la visita de la FIUC
El Gran Canciller de la PUCPR, Mons. Félix Lázaro Martínez celebró Misa a los invitados de la Federación Internacional de Universidades Católicas.
MISA 14 de marzo
Bienvenidos a esta su casa y a esta la mesa del Señor, lugar privilegiado para celebrar el encuentro entre hermano que, aunque trabajamos en distintas y a veces distantes parcelas,somos todos obreros de la viña del Senor. Él hoy nos invita a brindar con la copa de la salvación y a comer el pan y a beber el vino de su cuerpo y de su sangre.
Mi saludo cordial y fraternal a cada uno de los participantes de esta histórica reunión de la Federación Internacional de Universidades Católicas, en la bella y señorial ciudad caribeña de Ponce. Histórica por haber sido “primada”, preferida, como sede de su reunión anual, a la ciudad de la luz, a la “Lutetia Parisiorum”, a la siempre luminosa ciudad de París, de lo cual les puedo asegurar que no se arrepentirán. En nombre de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, de la Junta de Síndicos, de su Presidente, y de todos sus estamentos, y en el mío propio, quiero agradecer esta distinción con que nos honran.
Histórica es la coyuntura actual del mundo y de la Iglesia en particular. El recién elegido sucesor mediato de Pedro e inmediato de Benedicto XVI, el Papa Francisco, hasta ayer Jorge Mario Cardenal Bergoglio, hoy, por primera vez pronunciamos su nombre en el Canon de la Misa. El encuentro tiene lugar en una época, que me atrevería a catalogar igualmente de histórica, caracterizada por las ideologías imperantes del secularismo, del “laicism y del relativism”, retos a los que se debe enfrentar la universidad que se precie de ser católica.
Las lecturas de la misa ponen de manifiesto que esta especie de alejamiento de Dios que hoy estamos viviendo, no es nuevo. Ya en tiempos de Moisés, el comportamiento del hombre fue proclive a abandonar la alianza establecida con Dios, para ceder a la tentación de la idolatría. No había terminado de establecer Dios su alianza, cuando el pueblo de Israel se postra ante el becerro de oro, obra de
manos humana.
Al “yo” de Jesús, el evangelio nos muestra el “vosotros enconado de los oyentes hostiles a Jesús, quienes no terminan de reconocer quién es Jesús, a pesar de que Jesús aduce cuatro testimonios en su favor:”
1/ el de Juan el Bautista, hombre enviado por Dios: “Vosotros mismos enviásteis una comisión a preguntar a Juan, y él dio testimonio a favor de la verdad”
2/ las obras que él mismo ha realizado por mandato de Dios:”Una prueba evidente de que el Padre me ha enviado es que realizo la obra que el Padre me encargó Ilevar a cabo”
3/ la voz del Padre: “También habla a mi favor
el Padre que me envió, aunque vosotros nunca habéis oído su voz ni visto su rostro”
y las Escrituras: “Estudiáis apasionadamente las Escrituras, pensando encontrar en ellas la vida eterna; pues bien, también las Escrituras hablan de él”.
¿Cómo vais a creer vosotros, les pregunta
Jesús a sus oponentes, si lo que os preocupa es el halago y honor humano y no os interesáis por el verdadero honor que viene de Dios?Jesús les cuestiona la autenticidad y sinceridad de la propia fe. Es cuestión de mantener la dependencia de Dios, o de prescindir de Dios.
Pero lo que ocurría en tiempos de Moisés, sucede en tiempos
de Pablo, quien le previene a su querido discípulo Timoteo de
los peligros que se avecinan: “has de saber, le dice, que en los üútimos dias habrá momentos dificiles. En efecto, los hombres
serán egoístas, amantes del dinero, farsantes, orgullosos,
chismosos, rebeldes con sus padres, ingratos, sin respeto a la religión. No tendrán amor ni sabrán perdonar, serán
calumniadores, desenfrenados, crueles, enemigos del bien,
traidores, sinvergüenzas. Ostentarán apariencias de piedad,
pero rechazar6n sus exigencias” (1 Tim. 3, 1-5)
Decir que los tiempos presentes son peores que los pasados es desconocer la historia o, por lo menos, minimizarla. Hoy se está viviendo lo que un obispo norteamericano, Mons. Robert Charles Morlino, de Madison, ha llamado de nuestro tiempo “el deism”.
Simplemente Dios se mantiene a distancia de manera que la gente no tenga que relacionarse con Dios si no lo desea. Lo importante para esta forma de ver al mundo es ser amables con todos y no hacer
daño a nadie. Este sería el aspecto moralista. La idea de ver la
religión es que todo el mundo va a la iglesia para sentirse mejor con uno mismo y que todo el mundo debe salir de la iglesia con
un vago sentimiento agradable y cálido sobre uno mismo. Este sería el terapéutico.
No es pequeño, pues, el reto formativo y educativo que el Papa Benedicto XVI Ilamaría “urgencia educativa”: mantener vivo e íntegro el Evangelio de Jesús, sin claudicar ante las idolatrías modernas, haciendo de la Universidad Católica un auténtico baluarte de la fe, a través del diálogo entre fe y razón, fe y cultura, traducido en el ejercicio de las ciencias y la práctica y vivencia testimonial de la vida cristiana.
Que la Sma. Virgen, bajo la advocación de Nuestra Sra. de la Providencia, patrona de Puerto Rico, y bajo la advocación del Trono de la Sabiduría que preside la entrada principal de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, sea el lucero de la mañana que les alegre y acompañe siempre, y bendiga los trabajos y frutos de este Encuentro.
Mons. Felix Lázaro Martinez, Sch. P.Obispo de Ponce y Gran Canciller PUCPR.