Estereotipos…motivación para los prejuicios

Clave la educación  para reducir las conductas prejuiciosas

El término prejuicio se define como una actitud suspicaz u hostil hacia una persona que pertenezca a un grupo.  “Esta actitud se da por el simple hecho que esa persona pertenece  a dicho grupo, y a la que, se le presumen las mismas cualidades negativas que se adscriben a todo el grupo por su sentido de pertenencia. Se refiere principalmente a etiquetar de manera negativa, a base de una forma de pensar que adoptamos desde pequeños”, indicó la Dra. Ilia Rosario, directora de la Escuela Graduada de Psicología de la PUCPR.

Los prejuicios pueden ser raciales o étnicos, religiosos, de género o estéticos.  “Esta forma de pensar surge como resultado de la necesidad que tiene el ser humano de tomar decisiones firmes y concretas de manera rápida, tomando información generalizada de la que se tenga hasta el momento para emitir juicios, y sin verificar su veracidad.   El sentido de superioridad, egoísmo o desprecio hacia grupos es la motivación principal para la  creación de estereotipos “ explicó la doctora Rosario.

La actitud asumida por estos grupos son conductas aprendidas por predisposición personal hacia esas personas en particular.  Estos comportamientos son parte de lo que se conoce como discrimen o discriminación.  La Psicóloga explicó que,  comúnmente,  esta actitud hostil  se da porque el que discrimina percibe a la persona objeto del discrimen con características negativas simplemente porque pertenece a un grupo en particular. “La opinión se produce primero respecto del grupo prejuiciado y después incorpora al individuo” expresó Rosario.

Para disminuir o reducir este tipo de conducta o comportamiento la doctora Rosario recomienda primeramente educar.  “Se debe educar sobre los efectos del prejuicio en la sociedad.  Dejarles saber a las personas  que estas actitudes crean una sociedad menos eficiente,  crean barricadas y efectivamente crean también innecesarias clases sociales “exhortó la doctora Rosario.  También sugiere que se cree un programa en el que múltiples grupos sociales tengan que trabajar juntos hacia un objetivo común. Alentar una discusión entre miembros de diferentes grupos sociales es otra de las sugerencias.  “Haz que cada persona detalle su experiencia al haber sido víctima de prejuicios. Ayuda a los grupos a encontrar un punto en común con esas experiencias para que se den cuenta de que la discriminación y el prejuicio los sufren, no sólo  un grupo social, sino a muchos. Comienza un diálogo sobre cómo estas actitudes y acciones pueden ser reducidas y se puede hacer una lista de estos métodos, pidiendo respuestas a cada uno de los grupos sociales representados” recomendó Rosario.  Para reducir las actitudes prejuiciosas hacia grupos sociales, la experta propone seleccionar varios miembros de un grupo y hacer que interactúen a través de conversaciones constructivas con miembros de otro grupo social.

Sobre cómo aconsejar o intervenir con quienes incurran en la conducta del prejuicio, la doctora Rosario ofreció varias recomendaciones.  Entre estas se encuentran las interacciones que permitan comparaciones positivas para ambos grupos, empezando por el contexto familiar que es el primero sobre el que se debe actuar.  Promover el contacto frecuente entre diferentes grupos es una técnica que acabará desmontando los estereotipos. “Como ya hemos visto,  ya sea desarrollando una actitud de empatía, o poniéndose en el lugar de la persona,  se puede eliminar el prejuicio. Debemos  generar argumentos para el diálogo, eliminando los prejuicios y las valoraciones preconcebidas, construyendo una sociedad tolerante y respetuosa con la diversidad. Por tanto, no se trata sólo de enseñar valores, sino de interiorizarlos” finalizó la doctora Rosario.

 

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