COVID-19 desnuda y agrava la pobreza y el hambre

Expertos dialogan sobre dura realidad en la serie de foros virtuales de  La Católica


 La pandemia del COVID-19 y la orden del cierre de todos los sectores del País para salvaguardar la salud pública han dejado al descubierto y agravado la pobreza y el hambre que ya existía en la Isla.  Pobreza y hambre provocados por la falta de producción agrícola local, el alto nivel de desempleo, una población envejecida, así como la crisis fiscal y operacional del gobierno.

Ese fue el consenso de varios expertos invitados por la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico al foro: Estado de emergencia: pandemia, pobreza y hambre que se celebró hoy por la plataforma zoom como parte de los conversatorios que organiza el Instituto de la Doctrina Social de la Iglesia.   En el foro participaron la doctora Myrna Comas Pagán, exsecretaria del Departamento de Agricultura y catedrática del recinto universitario de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico; el doctor José Reyes Rivera, catedrático asociado de la Escuela Graduada de Trabajo Social de la PUCPR;  y el doctor Edgar Rodríguez Ríos,  catedrático del Colegio de Administración de Empresas y director ejecutivo de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información de la PUCPR.

El licenciado Israel Santiago Lugo, director del Instituto de la Doctrina Social de la Iglesia organiza el ciclo de conferencias virtuales.

 

 

El Dr.Reyes Rivera reiteró que la pobreza en Puerto Rico no es un mito, es una realidad y persiste.  “El Buró del Censo de Estados Unidos publicó recientemente que el 50% de la población que vive en  36 de los 78 municipios de la Isla está bajo los niveles de pobreza y que sostienen su canasta básica con la ayuda del programa de Asistencia Nutricional del Gobierno.    Incluso, 6 de cada 10 niños viven bajo condiciones de pobreza”, añadió.  Durante el foro virtual organizado por la PUCPR el académico sostuvo “En este momento de la pandemia se ha detenido la economía.  Esto añade a la situación de pobreza extrema, un aumento en los niveles de ansiedad.  No hay asunto que cause más ansiedad y estrés que saber que no tienes con qué alimentar a tu familia, que no tienes la capacidad económica para sostener tu techo.   El problema es que, ante la incertidumbre de lo que pueda ser mi futuro económico, el estrés se puede convertir en un trauma y tornarse peligroso para la salud mental”.

Para el economista Rodríguez Ríos, la crisis del coronavirus ha retratado las marcadas inequidades que existen en Puerto Rico  y asegura que el Estado no podrá asumir toda la carga económica. “Ya suman 300 mil personas solicitando el beneficio del  desempleo a raíz de la pandemia; sin embargo, para los pobres, los indocumentados y las pequeñas empresas las opciones son muy limitadas.   Para agravar el problema, el gobierno desembolsa ayudas, pero simultáneamente enfrenta una reducción dramática en los recursos tributarios que mayormente se reciben del sector privado.   Es una paradoja, una gran interrogante”, cuestionó  el catedrático.

Por su parte la Dra. Comas Pagán analizó el impacto de la seguridad alimentaria frente a la pandemia.  “En términos de accesibilidad, tenemos una población con altos niveles de pobreza con un 38%  que se beneficia del programa de Asistencia Nutricional.  Ante la reducción de empleos, las personas se han visto obligadas a buscar beneficios del programa de Asistencia Nutricional o beneficios del desempleo. Eso es indicativo de inseguridad alimentaria. El cierre de restaurantes, comedores, hoteles y pequeños comercios ha afectado los ingresos de nuestros agricultores” expresó.

El licenciado Israel Santiago Lugo, director del Instituto de la Doctrina Social de la Iglesia reiteró que, el Instituto “promueve este tipo de foro porque se trata de un asunto que incide en la dignidad del ser humano, su desarrollo integral y el concepto mismo de la justicia.  Todos tenemos la responsabilidad de analizar en profundidad los temas de la pobreza, la marginación, el papel del estado y la empresa privada en la lucha por una sociedad más justa, así como las causas de la inseguridad alimentaria del País.  No podemos mirar hacia el otro lado y no abrir el diálogo sobre esta realidad que se ha exacerbado con la pandemia.  Nos compete dialogar y juntos buscar soluciones”, dijo.

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