Su legado vive

Recibe el descanso eterno Rev. P. Esteban Santaella, pero su legado permanece.


Ha llegado al descanso eterno un hijo de Ponce que dedicó su vida a servir en la causa de Cristo.  El Rev. P. Esteban Santaella, nacido en el barrio Maragüez, ha dejado un legado de vida que no se limitó a su ministerio sacerdotal, sino a un quehacer literario que queda como reafirmación de la cultura religiosa puertorriqueña.

Padre Santaella, como se le conocía, ingresó al Seminario Conciliar San Ildefonso en San Juan en 1947.  Luego se trasladó a España a los Seminarios de los padres Paúles de Limpias Cuenca en Madrid y Salamanca para culminar su formación sacerdotal.

Al cumplir 25 años en el apostolado, decidió comenzar sus estudios en la Universidad de Nuevo México en la ciudad de Albuquerque donde obtuvo los grados de maestría y doctorado en Estudios Hispánicos.  Por muchos años se desempeñó como catedrático en el Departamento de Estudios Hispánicos de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, Departamento que también dirigió.

Su libro Historia de los Hermanos Cheo, del que se han publicado dos ediciones, recoge la obra misionera de seglares que surgieron de un Puerto Rico campesino para llevar el mensaje del evangelio a las zonas más necesitadas y  así robustecer la fe.   Su libro Fe y Poesía  es una selección y estudio de los poemas del costumbrista jayuyano y dirigente católico Anselmo Villahermosa.  En colaboración con el Dr. Luis Díaz, profesor de historia de la PUCPR, publicó El hermano Andrés y su libro Oraciones en verso es una edición revisada de su tesis doctoral.  Esta última publicación recoge gran número de oraciones de las que se rezaban en los rosarios en Puerto Rico.

Santaella se retiró de su vida profesional y se fue al corazón mismo de la Isla: cerro La Pica en Jayuya.  Allí, rodeado del verdor montañoso continuó, por más de dos décadas, en su misión pastoral con las comunidades de La Pica, Hogares Seguros y La Carmelita.

El Dr. José Juan Báez lo recuerda como una persona muy humana y cercana.  Su sobrino, Rubén Santiago Oquendo afirma que siempre estaba dispuesto a dar apoyo espiritual al que lo necesitara.  Rev. P. Estebn Santaella sembró la semilla de la fe en muchos y dejó consignado, en sus trabajos, los orígenes y la tradición religioso-espiritual del pueblo puertorriqueño.

 

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