“Cuando una universidad pontificia construye puentes, es capaz de reconocer los desafíos”

Escucha la entrevista virtual con el Prefecto de la Congregación para la Educación Católica desde Roma.

 

¨Cuando una universidad pontificia construye puentes, es capaz de reconocer los desafíos a los que debe responder¨ así lo expresó el cardenal Giuseppe Versaldi, prefecto de la Congregación para la Educación Católica de la Santa Sede en una entrevista con Huellas del Futuro con motivo de la conmemoración del trigésimo aniversario del otorgamiento del título de pontificia a la Universidad Católica.

Mediante una entrevista virtual por ZOOM, el cardenal contestó  preguntas desde su oficina en El Vaticano, Roma.  Según explicó, en un principio, el título de pontificia que se aplicaba a escuelas o universidades cobró auge con el pontificado de Pío IX y tuvo el propósito de contrarrestar presiones políticas e ideológicas como el iluminismo, el modernismo, entre otras corrientes filosóficas.  Y, aunque las primeras instituciones educativas pontificias fueron las universidades en Roma, dijo que los papas comenzaron a atender solícitamente al continente americano.  Fue así como nacieron las pontificias de Perú, México y Sao Paulo.

Resaltando la importancia de que a una universidad católica se le conceda el título de pontificia, el cardenal Versaldi afirmó ¨Ahora bien, en cuanto a la importancia del título, debemos subrayar que hoy en día llevar el adjetivo ´pontificia´ no puede ser visto como un privilegio, sino más bien como una responsabilidad y un servicio. Decía el papa Francisco que ´la educación está al servicio del crecimiento de la fe´ (cfr. EG, 163). Por ello, una universidad por el hecho de tener el título ‘pontificia’ está llamada a ser la primera en servicio, en testimonio, en calidad y en investigación¨.

Durante el encuentro virtual, el prelado señaló que una universidad pontificia no puede romper con su identidad, apartarse de ella.  Enfatizó queo puede alejarse de esa identidad ni permitir que corrientes filosóficas, sociológicas o tecnológicas debiliten o enfríen su esencia apartándola de la teología cristiana.  ¨Una universidad pontificia debe, como señala la constitución Ex corde Ecclesiae, mantener ´con la Iglesia una vinculación que es esencial para su identidad institucional. Como tal, participa más directamente en la vida de la Iglesia particular en que está ubicada, pero al mismo tiempo, -estando incorporada, como institución académica, a la comunidad internacional del saber y de la investigación-, participa y contribuye a la vida de la Iglesia universal, asumiendo, por tanto, un vínculo particular con la Santa Sede en razón del servicio de unidad, que ella está llamada a cumplir en favor de toda la Iglesia´” exhortó.

Indicó también la importancia de la misión de una universidad pontificia al decir ¨En cuanto a la misión de la universidad, está bastante claro que primordialmente está llamada a contribuir con la evangelización a través del campo de la educación y la investigación¨.  Destacó la importancia de no rehuir asuntos que generen controversia, pero sí explicó cómo el acercamiento a estos temas debería ser ¨Es importante que la universidad pontificia, robustecida en su identidad, establezca diálogo con aquellas realidades y situaciones, capaces de dialogar y que necesitan ser escuchadas. En un documento de la Congregación sobre el tema del gender, escribimos esta frase que traigo a colación: El camino del diálogo — que escucha, razona y propone — parece ser el camino más efectivo para una transformación positiva de las inquietudes e incomprensiones como un recurso importante para el desarrollo de un entorno relacional más abierto y humano¨ expresó.

Al preguntársele cómo debería una universidad pontificia enfrentar los inevitables retos y desafíos propios de estos tiempos, el cardenal Versaldi respondió ¨Yo creo que, cuando una Universidad pontificia construye puentes, es capaz de reconocer los desafíos a los que debe responder¨ y añadió, haciéndose eco de las palabras del papa Francisco a los obispos de Puerto Rico en 2015 cuando les recordaba ¨“las instituciones de educación, están llamadas a colaborar generosamente para que se anuncie la Buena Nueva en todos los ambientes, incluso en los más hostiles y alejados de la Iglesia”.  Destacó el prelado las cinco áreas en las que la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico está invitada a colaborar a la luz del Pacto Educativo Global: dignidad humana y derechos; ecología integral; paz y ciudadanía; solidaridad y desarrollo; cultura y religiones.  Recordó también las palabras del Santo Padre el 15 de octubre pasado cuando hablaba de la responsabilidad educativa de las universidades católicas y citó al pontífice cuando dijo “La educación es sobre todo una cuestión de amor y responsabilidad que se transmite de generación en generación. La educación, por lo tanto, se propone como el antídoto natural a la cultura individualista, que a veces degenera en un verdadero culto al yo y a la primacía de la indiferencia. Nuestro futuro no puede ser la división, el empobrecimiento de las facultades de pensamiento y de imaginación, de escucha, de diálogo y de comprensión mutua. Nuestro futuro no puede ser este. Hoy en día se necesita una etapa renovada de compromiso educativo, que involucre a todos los componentes de la sociedad”.

El cardenal Giuseppe Versaldi finalizó exhortando a la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico a generar foros y a crear mesas de diálogo ¨Sería interesante que la Universidad creara mesas de diálogo sobre temas como: la mística de la convivencia; la aldea de la educación; la fraternidad y paz; la egolatría; los recursos positivos en Internet; la educación al silencio; la cultura del descarte; el pensamiento de unidad; la inquietud de la investigación; la revolución de la ternura, la ciudadanía ecológica, entre otros¨.

La entrevista al cardenal Giuseppe Versaldi se celebró el 4 de marzo por la plataforma Zoom.

 

 

 

 

 

Share