“Puerto Rico: hora de fe y de esperanza”

A días de las elecciones generales, obispos lanzan llamado a la participación ciudadana activa.

Jalibeth Rodríguez Rivera

“Esta es una oportunidad para elegir a un liderato político con una nueva mentalidad política y económica que ayude a superar la dicotomía absoluta entre la economía y el bien común social. Necesitamos líderes que estén a la altura de los tiempos, no solo que tengan títulos académicos, si no también sensibilidad y respeto”.  Así se alzaron los obispos de Puerto Rico que integran la Conferencia Episcopal Puertorriqueña de cara al evento electoral de este próximo 8 de noviembre en la Isla.

El documento titulado “Puerto Rico: hora de fe y de esperanza”, lanza un llamado a asumir el derecho al voto y a tomar conciencia sobre la necesidad de una participación ciudadana activa.  “Recordemos que el ser ciudadano es una virtud y la participación en la vida política es una obligación moral  Pero convertirse en pueblo es todavía más, y requiere un proceso constante en el cual cada nueva generación se vea involucrada.  El futuro nos reclamará si supimos o no supimos colocar en el poder a líderes que pudieran lidiar con los extraordinarios retos de este momento histórico”, reza en uno de los puntos del mensaje.

El documento titulado “Puerto Rico: hora de fe y de esperanza”, lanza un llamado a asumir el derecho al voto y a tomar conciencia sobre la necesidad de una participación ciudadana activa.

El documento titulado “Puerto Rico: hora de fe y de esperanza”, lanza un llamado a asumir el derecho al voto y a tomar conciencia sobre la necesidad de una participación ciudadana activa.

Los líderes católicos también rechazaron la imposición de la controvertible Junta de Control Fiscal en Puerto Rico.  “Esta elección general cobra la peculiaridad de que el gobierno que constituirán los candidatos electos, estará bajo la autoridad de una Junta de Control Fiscal establecida por el Congreso y nombrada por el Presidente de los Estados Unidos, reflejo de nuestra cruda condición colonial.  Esta situación exige un rechazo inequívoco y su superación es una tarea ineludible”.

Asimismo, denunciaron la situación colonial de Puerto Rico.  “ha quedado crudamente manifiesta ante esta crisis fiscal, al no poder recurrir a un proceso de quiebra ordenado y sistemático y ante la concesión del poder decisional a una Junta Fiscal externa sin participación democrática. Ha llegado la hora de decir no al colonialismo histórico”, afirmaron.

El documento, distribuido en 27 puntos, alerta sobre el tema del partidismo y la corrupción gubernamental, así como el buen uso de los recursos.  “Es necesario velar por la eficacia y la eficiencia de las instituciones gubernamentales y por el uso adecuado de los recursos públicos en un balance entre las necesidades actuales de los ciudadanos y los proyectos que garanticen nuestro desarrollo al futuro.”

Siguiendo esa línea, tronaron contra la imposición de impuestos.  “¡Basta ya de políticas económicas basadas en contribuciones e impuestos que recaen, mayormente, en la clase media y en los menos afortunados!”.

En este proceso de discernimiento electoral, afirman, es menester centrar la mirada en la situación actual del país.  Más aún, invitan a juzgarla desde los desafíos  a la luz del Programa Nacional de Pastoral.  Como áreas prioritarias, enfocan el matrimonio y la familia, los jóvenes, la educación, la salud, y la economía y la realidad del empobrecimiento.  “No se deben presentar plataformas políticas que persigan un desarrollo en alguna de esas áreas pero que, al mismo tiempo, desmerezcan la dignidad de las personas en cualquiera de las otras”.

Ante todo este análisis, los obispos se afianzan en la esperanza de cambio.  “¿A qué aspiramos?  Como pueblo puertorriqueño tenemos que aspirar al bien común, a superar nuestra condición colonial y  la grave crisis fiscal que vive el país, a buscar el desarrollo integral y a crear las condiciones necesarias para que las personas se orienten hacia la realización de las aspiraciones más altas, en virtud de la dignidad humana”.

De hecho, la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico publicó este mensaje.  Para leer el documento en formato digital visita el área de Publicaciones Institucionales.

 

 

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