Época de Adviento

Tiempo de espera para el Nacimiento

 

La liturgia de la Iglesia da el nombre de Adviento a las cuatro semanas que preceden a la Navidad, como una oportunidad para prepararnos en la esperanza y en el arrepentimiento para la llegada del Señor. El tiempo de Adviento es un período privilegiado para los cristianos.  El Adviento es un llamado a recordar el pasado que es celebrar el nacimiento de Jesús. También para vivir el presente que es vivir en el día a día la presencia de Jesucristo en el mundo. Además, sirve para preparar el futuro que implica el reconocer  la segunda venida de Jesucristo que traerá la salvación y la vida eterna.

 

Padre Albert, capellán del recinto de Mayagüez explicó “para eso es el Adviento: para recordar que el Señor Jesús viene; viene para reconciliarnos con Dios, para arrancarnos del poder del mal, para mostrarnos –y demostrarnos– que Dios Padre nos ama con un amor increíble, para darnos vida abundante… En pocas palabras: para salvarnos.  El Adviento es, entonces, el tiempo para recordar que Dios verdaderamente viene a nosotros en su Hijo hecho hombre. Es el tiempo no para alejar las penas, sino para afianzarnos en la seguridad de que todo lo que hace daño al ser humano será superado definitivamente por el poder de la gracia de Dios, manifestada de manera insuperable en Jesús.Este año ha comenzado bastante adelantado el ambiente llamado “navideño”. Y es que parece que mucha gente quiere olvidarse de los problemas. Pero los que creemos en Jesús, el Salvador prometido por Dios, no podemos dejarnos llevar por la corriente de querer festejar para “alejar las penas. Esperemos, velemos, confiamos en la llegada de la Redención” añadió el Capellán.

Por su parte, el Dr. Jorge Iván Vélez Arocho, presidente de la PUCPR, exhortó a vivir el Adviento y manifestó “¡Preparémonos para las grandes fiestas de Navidad con las actitudes propias de un cristiano y salgamos al encuentro de Dios que viene a nuestras vidas! El Consejero…el Príncipe de la Paz… Dios Misericordia viene a establecer su morada entre nosotros, a quedarse en nuestras vidas… “Oh Emmanuel, rey y legislador nuestro, esperanza de las naciones y salvador de los pueblos: ven a salvarnos, Señor Dios nuestro.”

 

 

 

 

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