Rosado: fidelidad y espíritu de servicio  a su amada Universidad

La Católica rinde sus últimos respetos al compañero de Planta Física, José Rosado

“ Ayer Rosado me vio y me dio una sonrisa.  Me dijo: Esperanza, cuídate mucho, cuídate siempre; Dios te bendiga. Y ese es el recuerdo  que me llevo”.  Esas palabras han quedado en la memoria de Esperanza Valentín León, conserje de la Vicepresidencia de Infraestructura y Conservación de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico.  La partida súbita de José Rosado Rodríguez ha impactado a toda la comunidad universitaria, particularmente a sus compañeros de Planta Física.

“Rosado fue una persona honesta, sencilla, que se daba a querer.  Todo el mundo pasó por sus manos.  Saben la calidad de persona que era porque para él no  existía un ‘no’.  Se podía molestar con alguien, pero al terminar el turno se acercaba y hablaba para estar bien.   Esa era la calidad de persona que era Rosado”, relató su compañero de trabajo y amigo, Roberto Torres Cosme, supervisor de Planta Física.  Sostuvo “Era muy comprometido con su trabajo, buen compañero y amigo. Dejaba de comer para ayudar al prójimo.  Era A PLUS”.

Mientras, Esperanza Valentín dijo “Como persona, excelente, nunca tuve ninguna situación particular con él. Era una persona muy respetuosa y lo que siempre recuerdo es que cuando su esposa estaba enferma, él la cuidó hasta el último momento y siempre estaba dispuesto a ayudar.

José Antonio Rosado Rodríguez inició sus lazos con La Católica en marzo de 1979, cuando comenzó a laborar en el equipo de Planta Física.  Por 45 años se dedicó a cuidar y a embellecer los espacios del recinto ponceño de la Universidad. Como supervisor, relatan, se enrollaba las mangas y se unía al trabajo de su equipo de trabajo.

Para el vicepresidente de Infraestructura y Conservación de la PUCPR, ingeniero Armando Rodríguez, la pérdida de José Rosado es una de gran impacto para toda la comunidad de la Universidad.  “Era un ser extraordinario, un ser humano humilde. Sumamente servicial, gran compañero. No solo servía como compañero, también servía como inspiración para todos, incluyéndome”, afirmó.

Entre otras cosas, estaba a cargo de las mudanzas entre edificios y se destacaba por plasmar su magia en las decoraciones naturales en las actividades institucionales.

“Rosado hizo de la Universidad su hogar,  Cuando aquí hacemos eventos que terminan en la noche y el lugar tiene que estar listo temprano al otro día, Rosado y su equipo lo atendían.  Fuera  sábado o domingo a la hora que fuera.  Muy comprometido con la Universidad”, añadió el vicepresidente.

Por su parte, el presidente de la PUCPR, Dr. Jorge Iván Vélez Arocho expresó “José Rosado  trabajó en nuestra Universidad por 45 años. Llegó muy joven aquí, lleno de ilusiones, con el anhelo de servir a la Pontificia Universidad Católica, lo que hizo por 45 años. Su vida terrenal ha terminado.   Pero esos 45 años fueron años en los que, al igual que cuando comenzó, continuó con el mismo espíritu de servicio, con las mismas virtudes que lo destacaron a lo largo de su vida”.

José Rosado falleció el 12 de marzo de 2024.  La PUCPR le rindió respetos con un homenaje póstumo al darle el último adiós en el Complejo Deportivo y Cultural de la PUCPR, su casa.  La comunidad universitaria lo despidió con una guardia de honor para celebrar su vida y legado. En el velatorio estuvieron presentes familiares y amigos del Pionero. Rosado que disfrutaba de una extensa familia de 5 hijos, 13 nietos y otros dos nietos que vienen en camino.

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