Un encuentro con el pasado y las bellezas religiosas

Éxito total el recorrido “Ponce Místico”.

Declarada Catedral por el papa Pio XI en 1924, la Catedral Nuestra Señora de la Guadalupe de Ponce se edificó en 1893, como reemplazo a la del siglo XVII.  Su fachada exterior es de estilo neoclásico, pero en su interior deslumbran el neogótico y el neocolonial.

Pero, ya en la calle Marina esquina con la calle Abolición, se destaca la Iglesia Episcopal Santísima Trinidad.  Se trata de la primera iglesia católica no romana en suelo español en América.  Esto, luego de que la Reina Victoria de Inglaterra la cediera a los protestantes que llegaron a Ponce antes de las medidas de la Cédula de Gracia de 1815.

Estos dos templos religiosos engalanan la Ciudad Señorial.  Su arquitectura resguarda la más fascinante historia y reafirman un sentido de unión de pueblo.  Sin embargo, para muchos, duermen en silencio en medio del ruido urbano de la sociedad actual.

El recorrido incluyó ocho templos.

 

Fue, precisamente, para descubrir estas obras contemplativas que la Escuela de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico celebró el segundo encuentro Ponce Místico, un recorrido histórico y arquitectónico por ocho estructuras religiosas de esta ciudad.

“Hoy en día el colectivo de edificaciones para oración en Ponce representan todo tipo de creencias religiosas y es único en Puerto Rico, con toda probabilidad, en toda la región del Caribe. Ponce Místico fue una iniciativa de nuestra Escuela, bajo el liderato de la Prof. Pilarín Ferrer-Viscasillas con la idea de investigar y hacer disponible al público estos bellísimos templos citadinos. Todos tuvimos la experiencia de pasear, admirar y apreciar estos espléndidos edificios y atisbamos a lo que fue un bello, próspero y diverso pasado” dijo el decano de la Escuela de Arquitectura, Arq. Luis Badillo Lozano.

Los estudiantes explicaron sobre la historia y la arquitectura de las estructuras.

El evento se celebró el sábado 17 de febrero, por segundo año consecutivo.  Esto, al inicio del tiempo de la Cuaresma.   En esta ocasión, asistieron más de 300 personas que caminaron por las calles de Ponce para admirar y conocer la historia de ocho templos.

La ruta comenzó en la Iglesia Santa María Reina, se visitaron en el trayecto la Catedral Nuestra Señora de la Guadalupe, la Iglesia Evangélica Unida, la Capilla Nuestra Señora del Carmen (antigua Capilla del Hospital de Damas), la Iglesia Nuestra Señora de la Merced, la Iglesia Episcopal Santísima Trinidad, la Iglesia Bautista y culminó con la visita a la Iglesia Metodista La Resurrección.

La autora y coordinadora del proyecto, arquitecta Pilarín Ferrer Viscasillas, explicó “Las ocho iglesias que visitamos son todas muy diferentes en estilo, tamaño y época.  Pertenecen a diversas denominaciones, todas con historias y anécdotas curiosas que contar. La variedad de emigrantes y órdenes religiosas que hicieron de Ponce su casa, se refleja en este exquisito conjunto de edificaciones, algunas obras de reconocidos arquitectos como: Francisco Luis Porrata Doria, Carl B. Brunner, Manuel Domenech, Juan Bértoli, F. Traublard y Antonín Nechodoma, entre otros”.

Este es el segundo año que se celebra Ponce Místico.

Resaltó “Diseñamos una caminata para transportarnos en el tiempo, contando un trocito de la historia de Ponce a través de las estructuras que fueron y continúan siendo importantes hitos arquitectónicos y religiosos. Estructuras únicas, que definieron a una ciudad, épocas y prueba de que los pueblos son la suma de la riqueza cultural que aportan los diversos grupos que los conforman”.

Según la arquitecta Ferrer Viscasillas, la actividad es organizada por la Unidad Académica de Tecnologías de la Construcción y Sustentabilidad. Contó con la participación de los estudiantes de la clase de ARUS 101, quienes hicieron el trabajo investigativo de cada templo incluyendo entrevistas a historiadores, ministros y sacerdotes de las iglesias quienes luego presentaron los hallazgos a los asistentes. Además, se unieron más de 50 estudiantes que fungieron como guías”.

“Esto es un proyecto que une al pueblo con el fin de educar, que aprendan de la arquitectura religiosa para preservarla, conservarla, protegerla, que no se pierda.   Existe un tesoro increíble en Ponce y en muchos pueblos de Puerto Rico y tenemos que atesorarlo”, culminó.

 

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