Se fue al cielo una de las pioneras

Sister Vivina Sepúlveda falleció, pero  su huella  se arraiga en las raíces de la PUCPR


Sister Vivina Sepúlveda, miembro de la Congregación de las Hermanas de San José, fue una de las protagonistas principales en  la historia de lo que hoy se conoce como la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico.  El rol de Sister Vivina y su Congregación marcó un hito en los orígenes de la Universidad.  Fue precisamente Sister quien contribuyó a documentar la aportación de las hermanas a la Institución. El resultado de estos hallazgos han quedado plasmados en el libro La memoria guardada.

El rol de Sister Vivina y su Congregación marcó un hito en los orígenes de la Universidad  y fue precisamente Sister quien contribuyó a documentar la aportación de las hermanas a la Institución.

“El toque de la mano de María Santísima fue llevado con amorosa dignidad a la Universidad a través de muchas mujeres valiosas, grandes educadoras y seres humanos. Vivi, como algunos le decíamos cariñosamente, fue, la  “última de las Pioneras “, como apunté en la dedicatoria a ella del libro La memoria guardada. “El nombre del libro nació con ella en mente, pues había guardado en su memoria infinitas anécdotas que sirvieron de fuente documental para la publicación. Sister Vivina me había comentado que, a través de aquellos días cuando investigábamos para el libro, había llegado a conocer más profundamente a su Congregación y a amarla más. Muchas veces, me decía, que se desvelaba en la madrugada y escribía. Ahora pienso que tal vez el desvelo se lo producía el deseo de que el olvido no se quedase con algo tan valioso que compartir, como fue el legado de las Hermanas Josefinas en la Universidad. Con su muerte física, la última de las Pioneras de la Universidad se nos fue al cielo, allí estará con sus queridas Hermanas Josefinas. Pero el legado que dejan en la Universidad, es imperecedero” sostuvo la Profa. Caridad Álvarez, autora de La memoria guardada y directora del Programa de Estudios Liberales de la PUCPR.

Aparte de su aportación histórica, Sister Vivina vivió la pasión por educar.  Durante once años sirvió como catedrática auxiliar en el  Departamento de Educación  Elemental en el Colegio de Educación de la PUCPR.  Desde el aula también dejó un hermoso legado entre sus estudiantes y sus compañeros.

“Conocí a Sister Vivina Gracía hacia el 1983.  Juntas comenzamos ese mismo año como profesoras del Departamento de Educación Elemental. Sister Vivina y yo nos apegamos una a la otra ya que éramos las dos profesoras ‘prepas’ cuando  comenzamos.  Era una mujer de un carácter fuerte y dulce a la misma vez, producto de su formación religiosa, sus experiencias profesionales previas y su humanidad.  Su estadía en el Colegio de Educación, aunque corta, dejó un recuerdo imborrable.  Siempre dio lo mejor de sí misma y se preocupó porque sus estudiantes tuvieran el mejor ejemplo en la enseñanza de contenido y en la práctica metodológica.  Fue un modelo de integridad, compromiso y dedicación, virtudes que debemos tener todos los que ejercemos la digna misión de la enseñanza.  Siempre la recordaré con su hábito blanco, impecable, pequeña en estatura, pero fuerte en carácter y espíritu.  Hoy vuela hacia el cielo, hacia su esposo, como una palomita blanca que trasciende lo terrenal para elevarse hacia su Creador” expresó la Dra. Myriam Zayas, decana del Colegio de Educación.

Indudablemente la figura de Sister Vivina permanecerá imborrable para la comunidad universitaria.

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