Herramientas para enfrentar el caos que afecta el cuidado de ancianos

Autoridades dan una mirada integral a la  salud del adulto mayor y su cuidador

La realidad que vive el País ha transformado en caos la rutina del hogar y muchas personas llegan drenadas para enfrentar la nueva responsabilidad de cuidar a un adulto mayor, que por las circunstancias, tal vez se mudó con la familia inesperadamente.

Según el Dr. Ángel M. Muñoz Alicea, coordinador de la Escuela para Cuidadores de Adultos Mayores de la PUCPR, en muchos casos, estas personas carecen de las herramientas emocionales para cuidar al anciano y caen en negligencia o maltrato involuntario. Por eso, la Escuela de Cuidadores de Adultos Mayores, en conjunto con el Colegio de Estudios Graduados en Ciencias de la Conducta y Asuntos de la Comunidad de la PUCPR, está creando grupos de apoyo, foros y talleres que se ofrecen gratuitamente para identificar las necesidades y crear herramientas de ayuda para estas personas.

La Escuela de Cuidadores de Adultos Mayores está creando grupos de apoyo, foros y talleres que se ofrecen gratuitamente.

La Escuela de Cuidadores de Adultos Mayores está creando grupos de apoyo, foros y talleres que se ofrecen gratuitamente.

Uno de estos eventos fue el conversatorio Una mirada integral al adulto mayor en tiempos de catástrofes celebrado el jueves 7 de diciembre.  Los panelistas invitados fueron el Dr. José D. Padrón Carmona, médico internista; la Dra. Nilde Cordoliani Alvarado, geropsicóloga; y la Dra. Hilda Burgos, trabajadora social. El conversatorio tuvo un enfoque  bio-psico-socio-espiritual para apoyar al cuidador y educarlo para ver al adulto mayor de forma integral.

Durante su intervención la Dra. Cordoliani planteó que los diversos patrones, etapas de envejecimiento, las características de personalidad y los factores cognitivos pueden afectar las respuestas del adulto mayor ante una situación de desastre. “Algunas personas pueden presentar respuestas normales como son el estrés y la pena y no caen en la categoría de los que necesitan ayuda.  Más aún, pueden servir como voluntarios para brindar ayuda.   Sin embargo, otras personas pueden presentar cambios en sus conductas como el aumento en el consumo de alcohol, violencia doméstica, desarrollo de enfermedades mentales y suicidios.  Por otro lado, las investigaciones   sobre el tema señalan que después de una catástrofe los adultos mayores son las personas más expuestas a riesgos de enfermedades físicas y mentales y hasta a la muerte por ser una población frágil y vulnerable” explicó la geropsicóloga.

Los panelistas invitados fueron el Dr. José D. Padrón Carmona, médico internista; la Dra. Nilde Cordoliani Alvarado, geropsicóloga; y la Dra. Hilda Burgos, trabajadora social.

Para ayudar a estas personas,  la experta en conducta humana  brindó importantes sugerencias.  “Las recomendaciones para atender este adulto son restablecer los vínculos sociales  y los sentimientos de protección, estabilidad y seguridad de la persona mayor.  También es necesario permitir el tiempo de pena y sanación,  o sea, no esperar una recuperación para un momento determinado.  Otro punto importante es  hablar abiertamente de sus sentimientos de miedo, ansiedad, irritabilidad u otras reacciones emocionales.  No es recomendable negarle la realidad, pero hay que proveer esperanza de recuperación” indicó Cordoliani.  Otras de sus recomendaciones son buscar ayuda financiera, profesional y espiritual.

Por su parte,  la Dra. Hilda Burgos explicó que el paso de María mostró de forma drástica la realidad del adulto mayor y su cuidador.   “Al igual que con nuestro plan familiar para enfrentar el huracán, pensábamos que estábamos preparados para ayudar a estas poblaciones. En términos sociales, el fenómeno atmosférico María nos mostró una realidad del adulto mayor y su cuidador y nos forzó a verlos en nuestras comunidades urbanas y rurales; en nuestras urbanizaciones, barrios, residenciales y barriadas. Como resultado del impacto de este huracán, los adultos mayores han empobrecido, presentan problemas de vivienda y sus familias se han dispersado. El cuidador, típicamente mujeres, muestra desesperación, cansancio y quemazón emocional” sostuvo Burgos.

La trabajadora social hizo énfasis en el rol de la sociedad y del gobierno para apoyar a esta población. “Como sociedad nos queda, el atender sus necesidades básicas, pero paralelamente crear en la familia, en la comunidad y en el gobierno, conciencia de que se necesita un plan de prevención e intervención real de prestación de servicios. La salud mental de ambas poblaciones hay que darle seguimiento cercano y tener servicios accesibles para manejarla. El Gobierno, específicamente el Departamento de la Familia, necesita examinar protocolos para el licenciamiento de hogares de cuido de adultos mayores y hacer lo propio con las égidas, algo que no se hace hoy en día.  También es necesaria  la integración de diferentes ámbitos para establecer política pública que dirija el manejo e intervención de estas poblaciones durante un evento similar. Esto, basado en realidades y con la elaboración de guías concretas. El huracán María nos dejó muchas enseñanzas y trabajo para hacer, es cuestión de voluntad” indicó Burgos.

El Dr. José D. Padrón discutió sobre los aspectos básicos y necesarios para preservar la salud y prevenir enfermedades o complicaciones.  Hizo hincapié en mantener la higiene adecuada y en realizar lavado de manos de forma regular.  Además, reafirmó en la prevención de picaduras de mosquitos y en cuidado para prevenir enfermedades como gastroenteritis y leptospirosis.

El Dr. Muñoz enfatizó en el cambio demográfico en la Isla y cómo se ha acelerado el envejecimiento de la población. “La nueva realidad ha traído un reto a las familias dado que se han visto en la repentina decisión de llevarse a sus hogares a los adultos mayores.  Esta decisión no planificada en conjunto con los cambios en las rutinas y otras complicaciones diarias están drenado tanto física y emocionalmente a los cuidadores.  Mis recomendaciones son, si eres cuidador, haz una pausa y reflexiona sobre cómo ha cambiado tu vida desde que el adulto mayor está en casa. Saca un tiempo para conversar en privado con los integrantes de la familia. Aprovecha el espacio y expresa tus necesidades como cuidador y las expectativas en cuanto a recibir ayuda. Además, coordina tiempo libre en el que puedan distraerse y relajarse, dado que este es un aspecto que se tiende a descuidar. Ten en consideración que un adulto mayor podrá tener alguna limitación física, pero no necesariamente una mental. Así que, estos perciben y entienden la tensión y el distanciamiento. Esto los hace sentir quw son la razón de los problemas y puede provocar sentimientos asociados con: tristeza, angustia, ansiedad, culpa y desesperanza. Ante esta situación se debe visitar un profesional de la salud mental que ayudará en el proceso de manejo de las emociones” sostuvo el doctor en Psicología Clínica.

La Escuela de Cuidadores de la PUCPR continúa atento a las necesidades de los adultos mayores y sus cuidadores.   Para más información pueden comunicarse al 787-841-2000 extensión 1414  o por correo electrónico a cuidadoresadultosmayores@pucpr.edu

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