Conmemoran 4 siglos de la comunidad escolapia

La PUCPR fue sede de la efeméride enmarcada en el pensamiento de su fundador, san José de Calazans.


Escuelas Pías 400 años educando, transformando y anunciando”  con ese lema la comunidad escolapia celebró los 400 años de su fundación y los 250 años de la canonización de su fundador, san José de Calasanz.  El Teatro Mons. Vicente Murga de la PUCPR fue escenario de estos encuentros del 13 al 15 de septiembre de 2017.

Según el padre provincial de los padres Escolapios de Estados Unidos y Puerto Rico, Rev. Fernando Negro, “Ha sido una maravilla celebrar este Congreso en la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico con motivo de los 400 años de la fundación de la orden.   También, la canonización del fundador”.

El Congreso se celebró por primera vez en la Isla.  El miércoles 13 de septiembre se celebró la apertura de una exposición en la Galería del Teatro, en la cual se expuso la vida educativa de las Escuelas Pías enmarcadas en el pensamiento del fundador. El 14 y el 15 de septiembre se presentaron conferencias impartidas por el Rev. padre Pedro Aguado Cuesta, Sch. P., superior general de la Orden de las Escuelas Pías.

“Papa Francisco nos confirió un año jubilar y en este Congreso presento la figura extraordinaria de Calasanz como educador.   En mis dos conferencias hablé sobre Calazans y su valor en la historia.  Fue una gran oportunidad de comunión escolapia y de transmisión.  Tiene un mensaje valioso, particularmente en la Universidad”, expresó Aguado Cuesta a Huellas del Futuro.

El superior general de la Orden recordó que los escolapios tuvieron un papel importante en la PUCPR.  “Son muy recordados por la misión educativa en la Universidad y muy queridos”, afirmó.

De hecho, el Rev. Fernando Negro también hizo hincapié en la figura de los escolapios en la Universidad.  “Los padres escolapios han sido una fuente de inspiración en las generaciones de universitarios. Obispo emérito Félix Lázaro  y otros muy recordados  impactaron la vida de muchos jóvenes por años.  Ellos enseñaban pero, por ser sacerdotes, eran testigos de una realidad, de ir más allá de las ciencias. Tenían su carisma escolapio que lo recuerdan con un cariño hermoso”.

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