Conflictos familiares, ¿dañan?

Comunicación y diálogo son la clave  para enfrentarlos

Por: Celimer M. Torres

Las rencillas o conflictos familiares son comunes en cada núcleo familiar, y hasta cierto punto,  es favorable que surjan según la Dra. Norma J. García, supervisora clínica de la Clínica Interdisciplinaria de Servicios a la Comunidad y psicóloga. “Aunque no son deseables y no nos gusten, sí suceden y es importante que  surjan. ¿Por qué?  Pues porque siempre que surjen tenemos una oportunidad para crecer y desarrollar nuevas formas de comunicarnos y nuevas formas de relacionarnos como familia” sostuvo la psicóloga clínica.  Aunque la Dra. García sostiene que las rencillas siempre van a ser parte del desarrollo de la familia, la diferencia estriba en la manera en que cada familia las enfrenta.

La Psicóloga identifica la crianza de los hijos como uno de  los conflictos más comunes. “Estas diferencias  no solo se dan entre papá y mamá sino que muchas veces también incluyen  a los cuidadores.  En este caso se dan mayormente por desacuerdos en la perspectiva de cómo criar a los niños” explica la doctora García.

Otra de las razones que genera discusión  son los problemas económicos.  “En estos momentos este es uno de los factores más frecuentes y por la situación de la economía resulta parte de nuestro diario vivir” sostuvo García.

Entre los niños la psicóloga identifica como un conflicto común los celos y la competencia entre hermanos, particularmente cuando son adolescentes.

Para evitar que las rencillas lleguen a un nivel más profundo, la doctora García recomienda  el diálogo y la comunicación.  La Psicóloga sostuvo  “No es solo integrar la comunicación verbal, si no todos los elementos de la comunicación y uno de los elementos más importantes de este proceso  es escuchar. Si una de las partes se concentra  solo en hablar eso le impedirá el poder escuchar lo que la otra persona tenga que decir lo que agrava la situación.  Para evitar que un conflicto se salga de proporción hay que escuchar y definir el problema que  asoma en el conflicto y así enfrentarlo de la manera más sabia.  De esa manera  se minimiza el impacto que la rencilla tenga en la relación”. García añade que este proceso de escuchar envuelve a todos los miembros de la familia, incluyendo los niños.

La forma de comunicar y dialogar es un punto que se debe tomar en cuenta.  “A veces se comunica la situación gritando o culpando y eso  es incorrecto.  La forma en que se dicen las cosas es importante.   Tenemos que aprender a expresarnos desde nuestros sentimientos, sin culpar a la otra persona.  No es lo mismo decir  tú me molestas o tú me irritas   que decir  yo me siento molesta   o  yo me siento irritada.  El decir deposita la culpa en la otra persona. Sin embargo al decir yo se habla desde los sentimientos  sin culpar a la otra persona.  Cuando se está resolviendo un conflicto lo ideal es que se le pueda hablar a la otra persona desde sus sentimientos para evitar que la otra parte se ponga a la defensiva” recomienda la Psicóloga.

Según la doctora García, cuando hay un conflicto,  todos ganan si se resuelve el problema o todos pierden si el conflicto no se llegase a resolver.  “Si le doy participación a todo mi núcleo familiar al momento de resolver la situación, todos estamos ganando. Al consultar o solicitar la opinión de los demás sobre cómo se podría resolver el conflicto hacemos a todos partícipes de la  solución y no del problema” indicó García.

Para finalizar, la doctora García enfatiza que cuando los conflictos no pueden manejarse o resolverse en el entorno familiar,  lo ideal es buscar ayuda externa.  “Esta ayuda puede ser algún psicólogo o trabajador social,   un sacerdote o incluso  otro miembro de la familia que sea objetivo y que, por supuesto,  no esté involucrado en el conflicto” finalizó la Psicóloga.

Print Friendly, PDF & Email
Share