Solidaridad: Verdadera y propia virtud moral

Tema de análisis del Segundo Congreso de Católicos y Vida Pública

Por: Liza Riestra,  ayudante especial del Presidente 

¿Qué es la solidaridad? En el lenguaje común se utiliza la expresión “ser solidarios,” para referirse al deber de acompañar a otra persona, compadecerse de ella, hacerse cargo de sus problemas. En las últimas décadas  han surgido movimientos y asociaciones que tienen el propósito de convertir en obra esa solidaridad, tales como la organización no gubernamental Médicos sin Fronteras o el movimiento Solidarnosc en Polonia, entre otros. Se unen las personas para un fin común que conlleva a abrirse a las necesidades de los demás, por ejemplo, la escasez de servicios de salud de calidad, de alimentación o de libertad. La Iglesia Católica ha estado cercana a las personas que se encuentran en estas situaciones. Por eso, es este tema, precisamente, uno de los aspectos que discutirán, en profundidad, ponentes nacionales e internacionales en el Segundo Congreso de Católicos y Vida Pública.

La historia está llena de ejemplos heroicos de laicos, sacerdotes y religiosos que han acudido a las personas que carecen de lo básico para vivir y que se han entregado a ellos mismos para ayudarlos. La Madre Teresa de Calcutta es un reciente ejemplo de esta donación de sí.

El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia que se elaboró para recoger las principales enseñanzas de la Iglesia sobre temas como el bien común y la solidaridad, advierte en el punto 193  que la solidaridad es también una verdadera y propia virtud moral, no un sentimiento superficial por los males de tantas personas, cercanas o lejanas. Al contrario, es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien comón; es decir, por el bien de todos y cada uno, para que todos seamos verdaderamente responsables de todos” (Juan Pablo II, Carta enc. Sollicutudo rei socialis, 38…). Por tanto, es deber de todo ser humano reconocer que está unido a otros seres humanos y que se ha de comprometer a crecer en conjunto con todos.

El individualismo que impera en la sociedad a veces impide  cumplir con este deber. Pero es posible mirar más allá de ese pequeño mundo interior.  Sin embargo, hay que luchar por ayudar a los demás a contar con las condiciones mínimas para una existencia humana digna. Hay mucho que hacer. Puede ser que otras personas se hayan mostrado solidarias con otros en un momento difícil. Siempre es tiempo de aprovechar estos buenos ejemplos y aceptar el desafío de luchar por aquellos que carecen de las necesidades fundamentales . 

El Segundo Congreso de Católicos y Vida Pública se celebrará el 7 y 8 de febrero de 2014 en el Complejo Deportivo y Cultural de la PUCPR.  Para inscripciones visita:  http://www.mipucpr.org/congresocatolico/.

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